Todo indicaba que Faraday Future veía la luz después de la tormenta. En junio último, el rival chino de Tesla recibió un salvavidas de $ 2 billones de dólares por parte de un inversionista con sede en Hong Kong. La considerable suma, que se pagaría en varias cuotas, podría mantener la compañía a flote y, de paso, lanzar su retrasado primer modelo, el FF91.
Sin embargo, la relación entre ambas partes se ha agriado, prueba de lo cual es la demanda de arbitraje presentada por el multimillonario fundador del fabricante automotor, Jia Yueting, ante un tribunal de Hong Kong el pasado 3 de octubre, de acuerdo a la versión de la revista especializada Automotive News.
Por medio de su cuenta oficial en Twitter, Faraday Future aseguró que –tras proporcionar un pago inicial de $ 800 millones de dólares-, el nuevo propietario de la compañía, Evergrande Health Industry Group, incumplió el compromiso de enviar cuotas adicionales, que eran esenciales para cumplir los objetivos de su gestión.
“En su intento por obtener el control y la propiedad sobre Faraday Future China y toda la propiedad intelectual de Faraday Future, Evergrande retuvo los pagos», dice el comunicado, acusando al capitalista de impedir al fabricante conseguir financiamiento por otras vías, razón por la cual se ha solicitado a la corte que ponga fin a la asociación.
El problema es que en Faraday los $ 800 millones de dólares aportados a mediados de año se esfumaron y una vez más se encuentra en una situación financiera desesperada, según publicó The Verge. De hecho, está considerando despedir a parte de su personal para ahorrar dinero y cayó en mora con varios de sus proveedores.
Evergrande dijo a Reuters que acordó enviar a la compañía el saldo restante de $ 1.2 billón de dólares en dos cuotas programadas para 2019 y 2020, respectivamente, y que Yueting utilizó «técnicas de manipulación» para asegurar $ 700 millones de dólares de la suma total antes de lo previsto.
El grupo negó también enérgicamente las acusaciones de irregularidades y subrayó que luchará para mantener la participación del 45 por ciento que posee en el fabricante de automóviles con sede en California. Finalmente, acusó a su controvertido fundador de intentar coartar su derecho a opinar sobre cómo la firma ser operada comercialmente.
Esta batalla legal, que recién se inicia y podría dilatarse por meses, es solo uno de una asombrosa serie de obstáculos que ha impedido a Faraday Future poner en la calle su FF91, un sedán eléctrico con una etiqueta de precio de seis dígitos. No obstante, la empresa reiteró su compromiso para entregar los primeros prototipos en 2019. La preproducción finalmente comenzó en California en julio de 2018, pero los informantes revelaron a The Verge que la flamante unidad se incendió en el transcurso de septiembre.