Los vehículos “enteramente nuevos” se desarrollan en un tiempo que va de los tres a los cinco años, mientras que los modelos ya existentes “se retocan” una vez cada dos años. Y créelo: es difícil que cualquier fabricante se salte estos tiempos.
Dentro de esta “fórmula” de innovación automotriz, algunos fabricantes intentan modernizar sus carros lo más rápidamente posible, en circunstancias de que otros esperan hasta el final, haciendo incluso parecer estos cambios como algo forzado. Por lo general, las marcas de rendimiento —las cuales se aferran a una experiencia de conducción tradicional— tienden a evitar los cambios que alterarían la personalidad de sus vehículos. Aston Martin, por ejemplo, introdujo su primer motor turboalimentado recién este año, y lo hizo con el único propósito de mantener su motor V12 en juego. A pesar de la reducción de las ventas de los autos con transmisión manual, Chevrolet sigue ofreciendo todas las variantes de su Corvette y su Camaro con una caja de cambios estándar. Por su parte, BMW no introdujo una plataforma de tracción delantera sino hasta 2014.
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Y luego, claro, está Lamborghini. Puede que ya no ofrezca un modelo con transmisión manual, pero es también uno de los últimos que fabrica exclusivamente carros con motores atmosféricos (o de aspiración natural, como quieras llamarle), al menos, hasta que llegue el SUV Urus. Se sabe que manejar un Lamborghini es una de las experiencias más viscerales que se pueden vivir sobre cuatro ruedas. Desde la carrocería hasta el rugido del motor… Pero, ¿por cuánto tiempo más será así?
Durante la exclusiva vista previa de su nuevo Huracán LP580-2 Spyder, Digital Trends (Inglés) tuvo la oportunidad de conversar con el Director de Investigación y Desarrollo de la compañía, Maurizio Reggiani, y con su Director Comercial, Federico Foschini, sobre lo que podemos esperar del fabricante en los próximos años.
Digital Trends: El Forged Composite, la técnica de fibra de carbono propia de Lamborghini, ahora viene en el LP580-2. ¿Qué otros planes tienen para esta tecnología?
Maurizio Reggiani: Todavía hay algunas aplicaciones estéticas del Forged Composite, pero durante el próximo mes veremos una aplicación más técnica y más estructural. Lograremos algo único desde el punto de vista de la ingeniería: nos hemos dado cuenta de que el cambio de algunos componentes estructurales sólo es posible gracias a la libertad que nos ofrece una tecnología como el Forged Composite. En poco tiempo, se convertirá en una solución aún más estratégica para el futuro.
Federico Foschini: Primero vimos los beneficios del Forged Composite como una solución estructural en el caso del Sesto Elemento, y ahora, con los avances en esta tecnología, las posibilidades han crecido.
DT: Estas mejoras del Forged Composite, ¿tienen algún vínculo con la reciente asociación con el MIT?
MR: Lo del MIT es parte de algo mucho más avanzado. Nuestra relación con ellos forma parte de una investigación a propósito de un superdeportivo que llegará en algún momento después de 2030. El tiempo de desarrollo de un carro es de unos cuatro años, y la investigación de la nueva tecnología a aplicar tarda también de tres a cuatro años, lo cual significa que tenemos que iniciar este proceso más bien pronto. Si pones esta “visión” demasiado cerca de los plazos de producción, lo que podría estar “tecnológicamente disponible” puede que no llegue a ser posible. Preferimos una perspectiva que empiece con un concepto a demostrar, y por ello pensamos que el MIT es la mejor opción para algo tan ambicioso. La reacción de los estudiantes y de los profesores a esta asociación ha sido de un entusiasmo asombroso. En el próximo mes discutiremos qué ha salido de esta relación, y ya el próximo año, vamos a anunciar lo que será el vehículo del futuro.
DT: Hablando de lo que viene: ¿qué nos pueden decir del SUV Urus?
MR: Tenemos nuestras propias ideas sobre lo que “debería ser” un buen SUV. Luego, hacemos una especie de encuesta para que nuestros clientes nos digan cuáles son sus deseos. Cuando construimos un superdeportivo, sabemos qué es lo que nuestros clientes quieren, pero para algo que nunca hemos hecho, como un SUV, es importante saber qué es lo que nuestros clientes esperan. Creo que hemos sido capaces de armonizar los deseos de todos, y de seguro nuestro producto marcará un hito en este segmento.
DT: ¿Qué tipo de desafío significa la fabricación de un SUV para el equipo de desarrollo de Lamborghini?
MR: En primer lugar, se trata de nuestra primera experiencia con un motor turbo. Hemos tenido siempre nuestras razones para estar en contra del turbo en un carro superdeportivo: su sonido, o la capacidad de respuesta, por ejemplo. Por ello, estamos trabajamos para reducir estos efectos tanto como nos sea posible, o mejor dicho, para mejorar los beneficios que un motor turbo entrega. Además, nos enfrentamos al reto de manejar un carro con un centro de gravedad que está cinco o seis veces más alto que en nuestros superdeportivos. Todo debe estar relacionado con la dinámica, con la emoción. También tenemos que pensar en la comodidad de la segunda fila, cosa nueva para nosotros. Por ejemplo, usualmente sólo hemos necesitado tener aire acondicionado en el panel frontal, pero ahora debemos considerar también cómo canalizamos el aire hacia los asientos traseros.
DT: ¿Será el Urus el mejor en su segmento?
FF: Sí. Eso es para nosotros una necesidad. Lamborghini es diseño, rendimiento y emoción. Cada empleado que trabaja con nosotros persigue estas tres cosas, y para que el Urus sea un verdadero Lamborghini, debe ser el mejor.
MR: Es una competición que siempre se está llevando a cabo. Cada vez que lo conseguimos [sacar un modelo nuevo], es importante que hagamos [de ese modelo] una especie de declaración de principios.
DT: ¿De dónde viene el crecimiento de la marca?
FF: La familia Huracán ha sido muy buena para nosotros, y el Spyder será una parte importante de eso. En comparación con el Gallardo, las ventas de Huracán han subido un 90 por ciento durante el mismo período de tiempo. Estamos atrayendo a clientes que nunca habían tenido un Lamborghini, e incluso a clientes que nunca antes habían sido propietarios de un superdeportivo. Su precio también es parte de este fenómeno, ya que ha dado la oportunidad a los más jóvenes de “entrar” en la marca. Pero también es emoción. La tracción trasera del Huracán permite a aquellos que quieren usar sus habilidades en un drift, o sentir en las autopistas la experiencia más típica de un superdeportivo. Nuestra cartera ampliada, incluyendo ahora al 580-2 Spyder, atrae a diferentes clientes, haciéndonos más exitosos.
DT: ¿Hay otros segmentos que Lamborghini quisiera explorar?
FF: Somos una empresa que está creciendo. El desarrollar un SUV ha sido un paso muy importante, y forma parte de nuestro objetivo general de desarrollar 7,000 carros al año. Esto significa que debemos tener un crecimiento gradual, sí… Pero mantendremos en la arena nuestros superdeportivos, simplemente porque aquello está en nuestro ADN. Tenemos nuestros V10 y V12, bastiones en su segmento, y con el Urus entramos ahora en el segmento más exitoso a nivel global, en términos de crecimiento. Por el momento, somos felices. Por supuesto, podremos tener diferentes variantes, y podremos incluso soñar con una limusina, o un cuatro asientos, pero nada de esto está en los planes de la empresa ahora mismo.
Está claro que Lamborghini se está preparando para un futuro más allá de las experiencias de conducción tradicionales, pero no tiene ninguna prisa en renunciar a la pasión y la emoción de sus superdeportivos actuales. Al igual que otras marcas exclusivas, Lamborghini va cruzando el umbral de rendimiento y de tecnología sin por ello perder su identidad. Su patrimonio.