El desarrollo de la auto-conducción podría revolucionar el transporte, liberando tiempo a los pasajeros y ofreciendo movilidad a personas que actualmente no cuentan con ella. Pero no siempre los fines pueden resultar tan positivos. Los vehículos de conducción autónoma podrían también convertirse en un arma para los terroristas, según un analista en seguridad.
Existen ‘pruebas concretas’ de que ISIS está desarrollando vehículos autónomos para ser usados en lugar de terroristas suicidas, ha dicho Mikko Hypponen, jefe de investigación de F-Secure, en un discurso dado en el South by Southwest. Hypponen afirma que el grupo planea usar maniquíes que conseguirían reproducir el espectro de calor de un cuerpo humano, todo para engañar a los sistemas de seguridad, y hacerlos creer que efectivamente sería una persona quien iría al manejando. El vídeo de un coche con estas características ya pudo ser visto en enero.
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El coche parece guiado a control remoto. Y el temor evidente es que los terroristas carguen una bomba en él, establezcan un destino, y lo envíen. Esto reduciría la necesidad de usar terroristas suicidas voluntarios. Lo terrorífico es que ISIS parece ser actualmente el único grupo en el mundo capaz de desarrollar este tipo de armas, según Hypponen. Sin embargo, este no sería el único ‘uso destructivo’ de los futuros autos sin conductor.
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Investigadores en seguridad han mostrado públicamente su preocupación por la vulnerable seguridad de los software de automóviles, como lo demostró el ‘hackeo’ hecho a un Jeep Cherokee el pasado año. La preocupación es grande, sobre todo en coches que, supuestamente, comenzarán a conducirse por sí mismos.
En 2014, el FBI publicó un informe en el que aseguraba que un vehículo sin conductor «tendría un alto impacto en la transformación de lo que, tanto las autoridades como sus adversarios, podrían llegar a hacer con él».
El informe señala que los automóviles sin conductor podrían proporcionar algunos beneficios a los policías, como el aumento del «rendimiento táctico de las tareas físicas a las que una persona renuncia mientras conduce un coche de forma manual», sino que también se advierte que la tecnología autónoma puede convertir a un auto en un arma de potencial «más letal de lo que es hoy en día».
Ya sea que se trate de hackers o de terroristas con bombas, parece evidente que cada nueva tecnología tendrá siempre un lado oscuro. Y aún cuando lo dicho en un informe no tiene que necesariamente suceder, sí vale la pena tenerlo muy en cuenta.