Un grupo de científicos descubrió que, al igual que lo seres humanos, los gusanos diminutos también deben tomar decisiones complejas. Esto, pese a que cuentan con apenas 302 neuronas, muy poco si se comparan con las cerca de 86,000 millones que tenemos los humanos.
Según los investigadores, este hallazgo podría tener importantes implicaciones para la forma en que se evalúa la motivación y las capacidades cognitivas en los animales. Además, el trabajo muestra que las capacidades complejas de toma de decisiones podrían estar codificadas en pequeñas redes biológicas y artificiales.
“Nuestro estudio demuestra que se puede utilizar un sistema sencillo como el del gusano para estudiar algo complejo, como la toma de decisiones dirigida por objetivos. También demostramos que el comportamiento puede decirnos mucho sobre el funcionamiento del cerebro”, asegura Sreekanth Chalasani, el autor principal.
“Incluso los sistemas más sencillos, como los gusanos, tienen diferentes estrategias y pueden elegir entre ellas, decidiendo cuál les conviene en una situación determinada. Esto proporciona un marco para entender cómo se toman estas decisiones en sistemas más complejos, como los humanos”, agrega el investigador del Laboratorio de Neurobiología Molecular de Salk.
Los científicos descubrieron que el gusano depredador Pristionchus pacificus elige entre dos estrategias de alimentación para morder a su presa y competidor, otro gusano de nombre Caenorhabditis elegans.
El equipo detrás del estudio aseguró que, en un momento, el gusano protagonista de la investigación parecía analizar ambas opciones y evaluar los beneficios de cada una de las alternativas. De acuerdo con los científicos, se trata de un comportamiento que es común en los vertebrados, pero inesperado en los gusanos.
“Los científicos siempre han asumido que los gusanos son simples: cuando el P. pacificus muerde, pensamos que siempre lo hace con un único propósito depredador”, agregan los investigadores.
“En realidad, P. pacificus es versátil y puede utilizar la misma acción, morder a C. elegans, para lograr diferentes objetivos a largo plazo. Me sorprendió descubrir que P. pacificus podía aprovechar lo que parecía una depredación fallida para convertirla en una territorialidad exitosa y dirigida a un objetivo”.