En 2019, General Motors y Michelin anunciaron una colaboración para el desarrollo de una generación de ruedas de hule sin aire con base en un prototipo al que el gigante francés de los neumáticos llamó UPTIS (siglas en inglés de “sistema único de neumáticos a prueba de pinchazos”), que básicamente se trata de una llanta que utiliza nervaduras flexibles en lugar de aire para soportar el peso del vehículo.
GM manifestó en ese momento la intención de desarrollar ruedas sin aire UPTIS con Michelin, con el objetivo de introducirlas en sus vehículos de pasajeros a partir de 2024.
En este sentido, CNN acaba de reportar que la versión UPTIS desarrollada con GM debutará en la próxima generación del Chevrolet Bolt, el cual se ha reportado también que serviría como base para un vehículo completamente autónomo para el transporte de pasajeros, y para el que una rueda a prueba de pinchazos tendría mucho sentido.
Alexis Garcin, presidente de Michelin North America, dijo en una entrevista con CNN Business: “Queremos traer la próxima generación del Chevrolet Bolt con neumáticos sin aire”, y añadió que “va a suceder ahora o en los próximos tres a cinco años”.
El problema es que, aunque las pruebas conjuntas de UPTIS comenzaron en un Chevrolet Bolt de la generación actual, GM aún no ha confirmado el desarrollo de una nueva familia del modelo eléctrico. Sin embargo, GM se encuentra en pleno desarrollo de una saga de vehículos eléctricos y sin duda uno o más de ellos podrían ser investidos con el honor de ser el primer modelo en usar las ruedas sin aire.
En 2019, Steve Kiefer, vicepresidente sénior de Compras Globales y Cadena de Suministro de General Motors, dijo que la compañía estaba “entusiasmada con las posibilidades que presenta UPTIS, y estamos encantados de colaborar con Michelin en esta tecnología innovadora”.
La durabilidad de UPTIS ofrece un potencial significativo para ahorrar en el uso de materias primas y la creación de desechos, lo que reduciría de manera significativa el número de neumáticos pinchados o dañados que se desechan antes de llegar al final de su ciclo de vida. Esto también tiene el beneficio de reducir la energía usada y las emisiones emitidas durante la fabricación de neumáticos, eliminando incluso la necesidad de tener uno de repuesto en el vehículo.