Un nuevo estudio relacionado al COVID-19 descubrió cómo identificar a los pacientes más propensos a desarrollar coágulos y también una forma para tratar el problema.
El trabajo, realizado por el Instituto de Investigaciones Médicas Feinstein de New York y liderado por el doctor Alex Spyropoulos, analizó a 253 pacientes que estuvieron hospitalizados a causa del COVID-19, pero con síntomas moderados o menos graves. La conclusión fue que las personas que tenían una mayor cantidad de un compuesto proteico llamado dímero D tenían más riesgo de desarrollar trombosis.
Asimismo, el equipo también descubrió que los pacientes respondían bien al ser tratados con un heparina de bajo peso molecular, que hace las veces de anticoagulante.
La investigación arrojó resultados muy positivos, sobre todo en las personas que recibieron una dosis de heparina cuatro veces mayor a la cantidad estándar. Por otro lado, la heparina de bajo peso molecular es un medicamento accesible y que se encuentra disponible en prácticamente todo el mundo.
Además, se cree que el descubrimiento podría impactar en la manera en que las clínicas y hospitales identifican y tratan a las personas contagiadas con COVID-19, ya que una detección temprana del riesgo de desarrollar una trombosis aumenta las posibilidades de supervivencia de los pacientes.
Eso sí, este método no resulta efectivo en personas con síntomas críticos. Los investigadores descubrieron que la heparina de bajo peso molecular no surte mayor efecto cuando el paciente se encuentra en un estado muy avanzado de inflamación o de la llamada tormenta de citoquinas, una reacción del sistema inmunológico que, si sale de control, puede resultar fatal.