El teletrabajo se ha transformado en una tendencia debido a la pandemia de COVID-19. Esta modalidad ha permitido a las personas laborar desde casa y reducir el riesgo de contagio.
También hay otro aspecto positivo, ya que el trabajo remoto reduciría la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Una investigación realizada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona determinó que implementar el teletrabajo dos, tres o cuatro días a la semana podría reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en 4, 8 y 10 por ciento, respectivamente.
El estudio analiza los datos obtenidos a partir de un modelo de calidad del aire junto con las mediciones tomadas en la zona metropolitana de Barcelona durante el confinamiento por COVID-19.
Los investigadores concluyeron que un escenario de “encierro ligero”, con una reducción de 45 por ciento de los vehículos privados usados para los desplazamientos relacionados con el trabajo, bajarían las emisiones de tráfico en 25 por ciento.
Este escenario se podría alcanzar con una semana laboral a distancia de cuatro días y una reducción de 15 por ciento en otros desplazamientos relacionados con el trabajo.
Por su parte, la educación en línea evitaría 20 por ciento del uso de vehículos privados y los desplazamientos a las tiendas se reducirían en 30 por ciento.
Esta investigación se realizó en conjunto con Anthesis Lavola, una compañía que tiene experiencia en la planificación de movilidad urbana y sostenible, y se basó en los informes de movilidad publicados por la Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona.