Un grupo de científicos neozelandeses sigue una línea de investigación particular: disparar rocas volcánicas a alta velocidad sobre los techos de las casas en Auckland, Nueva Zelanda.
El objetivo no solo es mostrar los riesgos de las erupciones de los volcanes, sino también establecer cuáles son los tipos de techumbre que ofrecen una mayor protección ante este tipo de eventos.
Afortunadamente los ensayos se realizan sobre tejados falsos de la Universidad de Canterbury.
Se trata de techos que están cubiertos con ceniza volcánica y que reciben el impacto de rocas disparadas a alta velocidad, mediante un mecanismo de aire comprimido.
Fenómenos de difícil predicción
La ciudad de Auckland está rodeada de 53 volcanes pequeños, que tienen una probabilidad entre 5 y 15 por ciento de entrar en erupción durante la vida de una persona.
Como se trata de fenómenos de difícil predicción, los científicos creen que la mejor alternativa es que la población esté preparada y sepa dónde es más seguro refugiarse.
“Al probar la resistencia de los techos, podemos ver qué daños pueden sufrir los edificios. Esto a su vez nos puede ayudar a comprender cuántas casas podrían resultar dañadas y qué podríamos hacer para protegerlas”, afirmó la investigadora Nicole Allen, estudiante de doctorado en Canterbury.
Además de la caída de ceniza, una erupción acarrea múltiples peligros, como los flujos de lava, proyectiles balísticos, cenizas calientes y oleadas de gas, ondas de choque, deslizamientos de tierra e incluso, un tsunami.
“Es importante construir modelos de evaluación de impacto confiables para todos los eventos posibles”, complementó Thomas Wilson, investigador principal y experto en resiliencia y riesgo de desastres de la Universidad de Canterbury.