Mary had a Little Lamb. Ésa fue la primera pieza reproducida en el fonógrafo, precisamente un 21 de noviembre, pero de 1877.
Con ese hecho histórico, además de simbólico, Thomas Alva Edison anunciaba la invención de su primer fonógrafo.
Meses después, el 29 de noviembre de ese mismo año, el famoso inventor lo mostró por primera vez al público y patentó su invento finalmente el 19 de febrero de 1878.
¿Cómo funcionaba?
Las ondas sonoras se transformaban en vibraciones mecánicas que hacían mover un punzón sobre un cilindro con una gruesa capa de cera.
Preliminarmente se usaron cilindros de cartón cubiertos de estaño y más tarde de cartón parafinado.
Ahí quedaban registrados pequeños surcos.
Este aparato podía grabar un máximo de dos minutos y reproducirlos unas 50 veces hasta que las hendiduras se gastaban y se volvían ilegibles.
Durante años, el fonógrafo pasó a ser el dispositivo más utilizado para reproducir sonidos grabados. De hecho, se le considera el primer aparato capaz de reproducir sonido.
Muchos de los componentes de este aparato fueron evolucionando con el paso del tiempo y uno de los más destacados fue el cilindro de cera, considerado el de mayor calidad y durabilidad.
Este se comercializó hasta 1889, un año después de que apareciera el gramófono.
El invento desarrollado por Thomas Alva Edison se considera como histórico y su evolución futura terminó siendo clave para el desarrollo de la industria de la música y el espectáculo.
Sólo un ejemplo: el disco, como objeto, no habría podio ser creado sin la invención del revolucionario fonógrafo.