Hace poco les contábamos cómo el análisis de las aguas residuales podía detectar de forma prematura la aparición de brotes de coronavirus en algunas ciudades.
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Dalhouise ha advertido que ciertas especies de ballenas, focas y otros mamíferos marinos en peligro de extinción podrían ser víctimas de la infección por COVID-19 a través de las aguas residuales que se filtran en sus hábitats marinos.
El estudio, publicado en Science of the Total Environment, indica que algunos de estos animales son altamente susceptibles al virus.
Gracias al análisis de la cartografía genómica, los autores descubrieron que hasta quince especies de mamíferos marítimos son vulnerables a la infección por coronavirus debido a la presencia de la enzima o los receptores ACE2.
El problema se hace más grave si tomamos en cuenta que la mitad de estos animales ya se encuentra amenazado o en peligro crítico de extinción.
«En el pasado, estos animales han sido infectados por coronavirus relacionados que han causado tanto una enfermedad leve como un daño hepático y pulmonar que pone en peligro la vida», ha señalado el doctor Graham Dellair, principal autor del estudio.
De acuerdo con varios estudios, el COVID-19 se excreta en las heces y puede sobrevivir en el agua hasta 25 días. Las aguas residuales, por lo tanto, pueden ser un importante foco de contagio.
Debido a esto, los autores de la investigación proponen que se monitoree constantemente a estos animales utilizando instrumentos especiales y drones para recoger muestras de ellos.
Incluso sugieren vacunar a estas especies y que se reduzcan las interacciones con los seres humanos en los zoológicos.