Fósiles de una inédita especie de tortuga que habitó hace unos 205 millones de años en Argentina, la cual convivió con diferentes clases de dinosaurios, fueron encontrados por paleontólogos de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), informó Sputnik.
Los investigadores hallaron cuatro ejemplares de la tortuga, bautizada como Waluchelys Cavitesta, en la localidad de Balde de Leyes, en la región de Cuyo, el mismo lugar donde antes descubrieron restos del enorme dinosaurio Ingentia Prima.
Los ejemplares de esta tortuga fueron encontrados en diferentes exploraciones realizadas entre 2015 y 2018.
“Esta nueva especie está entre las tortugas más antiguas que se conocen y su estudio nos aportó datos sobre cómo se originó su caparazón”, destacó Juliana Sterli, investigadora del Museo Egidio Feruglio (MEF) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Los paleontólogos reconstruyeron gran parte del caparazón, su cintura pélvica, su cintura escapular (la articulación de su hombro) y parte de su cráneo.
Luego del estudio, se reveló que los tejidos preservados en las placas periféricas que bordean la circunferencia del caparazón son diferentes de las que hasta ahora se han observado en otras tortugas.
“La microestructura del hueso que compone estas placas periféricas indica que se formaron íntegramente mediante la mineralización de tejidos preexistentes, particularmente de la dermis. Un proceso similar al reportado en dinosaurios acorazados. Por otro lado, las cavidades internas, cuya función es de momento desconocida, no aparecen en ningún otro tipo de tortugas conocidas hasta el momento”, destacó el doctor Ignacio Cerda, del Instituto de Paleobiología y Geología de la Universidad Nacional de Río Negro y parte del equipo investigador.
Por su parte, Juliana Sterli, explicó que las Waluchelys no retraían la cabeza ni las patas dentro del caparazón como la hacen las tortugas actuales, porque su constitución anatómica era distinta. “Siempre intrigó a los investigadores cómo se conformó este caparazón, porque en el registro fósil había animales sin caparazón y, luego, de repente, aparecían animales con caparazón”, agregó.
El hallazgo fue publicado en la revista científica Papers in Palaentology. En ella se señala que “el origen del caparazón en las tortugas es uno de los temas más cautivadores de la evolución de los tetrápodos —vertebrados con miembros— y, en esta especie, se observa una estructura inesperada y que es absolutamente nueva: las placas que conforman la periferia del caparazón tienen cavidades internas”.