El asteroide Ceres, es una gran masa rocosa que se encuentra orbitando en algún punto entre los planetas Marte y Júpiter. Y lo que parecía un puro pedazo de piedra espacial, ahora se reivindicó ante la ciencia.
Resulta que la nave espacial robot de la NASA, Dawn, encontró evidencias de océanos y volcanes, en siete entregas que se publicaron este lunes 10 de agosto en las revistas Nature Astronomy, Nature Geoscience y Nature Communications.
La investigación sugiere la posibilidad de que exista un océano de agua subterránea salada. Además esto habría provocado el gran cráter Occator de Ceres, que se filtra de las fracturas en la corteza rocosa.
«La actividad en curso en Occator aporta evidencia adicional e independiente de una capa de salmuera profunda, y actualiza Ceres al reino de los mundos oceánicos», escribió la científica de la misión Dawn Julie Castillo-Rogez del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, en un resumen publicado acá.
Ceres, está actualmente a unos 200 millones de millas de la Tierra, es el objeto más grande del principal cinturón de asteroides de nuestro sistema solar. Tiene casi 600 millas de ancho.
El robot de la NASA, Dawn, se lanzó en 2007, en 2011 llegó al cinturón de asteroides donde está Vesta y en 2015 arribó a Ceres, estudiándolo hasta 2018.
Sobre eso, la Agencia Nacional del Espacio comentó que, «Ceres tiene un enorme volcán, llamado Ahuna Mons, que el equipo de Dawn cree que se formó como un criovolcán. Esta montaña solitaria, de 3 millas (5 kilómetros) de altura en su lado más empinado, sugiere que todavía puede haber líquido bajo la superficie de Ceres. Es probable que los líquidos enriquecidos en sales, que bajarían el punto de congelación, sean responsables de la actividad geológica relativamente reciente».