Dos conductores de Uber presentaron una demanda para exigir que los ejecutivos de la aplicación revelen la enorme cantidad de antecedentes que la compañía recopila sobre ellos y cómo esos datos se usan para controlar la gestión de los viajes.
La causa fue presentada por un colectivo de trabajadores llamado App Drivers and Couriers Union (ADCU), del Reino Unido, ante el tribunal de distrito de Ámsterdam, Holanda, donde se emplaza la casa matriz de la empresa de viajes compartidos.
El sindicato enfatizó que la transparencia es esencial para verificar si Uber está ejerciendo discriminación o trato desigual entre los conductores. Esperan que la empresa de a conocer los algoritmos informáticos secretos que utiliza para administrar el trabajo de los conductores.
La acción judicial permitirá que los choferes se organicen y desarrollen poder de negociación colectiva sobre términos del trabajo y remuneración, algo que es imposible de realizar en la actualidad, informó The Guardian.
“El objetivo es que exista una mayor distribución del poder. Uber ejerce control a través de los datos y las tomas de decisiones automatizadas. Y está bloqueando esa información”, señaló el abogado querellante Anton Ekker.
“La aplicación decide millones de veces al día quién va a obtener tal o cual viaje, quién se queda con los viajes rentables y quién los cortos. Pero esto no se trata solo de Uber. El problema está en todas partes. Los algoritmos y los datos dan mucho control a las empresas, pero las personas que están sujetas a esos datos a menudo no son conscientes de ello”, enfatizó.
Se trata de una semana trascendental para el modelo comercial de Uber en el Reino Unido. Este martes 21 de julio, representantes de la compañía presentarán sus descargos ante la corte suprema de ese país, en contra de las históricas decisiones judiciales de los tribunales ingleses que hace dos años dictaminaron que los exconductores Yaseen Aslam y James Farrar, fundadores de la ADCU, debieron haber sido tratados como trabajadores y no como contratistas independientes, por lo que merecían un salario mínimo y vacaciones pagadas.