En días críticos donde la falta de ventiladores mecánicos es una de las primeras necesidades para enfrentar a los pacientes contagiados con COVID-19, lo que está desarrollando el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) podría ser una gran salvación para la salud pública de Estados Unidos.
Se trata de un ventilador de bajo costo, de solo $100 dólares, donde han trabajado un equipo voluntario de ingenieros, médicos, informáticos y otros.
Para tener una referencia, estas máquinas pueden llegar a tener un costo de $30,000 dólares.
El equipo formado por los profesionales se llama MIT E-Vent (para ventilador de emergencia), y se formó el 12 de marzo de 2020, en respuesta a la rápida propagación de la pandemia de coronavirus.
¿En qué consiste esta solución de bajo costo que está creando el MIT?: es una bolsa de plástico manual llamada resucitador de válvula de bolsa, o bolsa Ambu, que los hospitales ya tienen a mano en grandes cantidades.
El sitio scitechdaily comentó en detalle de qué se trata esta iniciativa, «estos están diseñados para ser operados a mano, por un profesional médico o técnico de emergencias, para proporcionar respiraciones a un paciente en situaciones como un paro cardíaco, hasta que una intervención como un ventilador esté disponible. Se inserta un tubo en la vía aérea del paciente, como con un ventilador hospitalario, pero luego se bombea aire a los pulmones apretando y liberando la bolsa flexible. Esta es una tarea para personal calificado, capacitado en cómo evaluar al paciente y ajustar el tiempo y la presión del bombeo en consecuencia».
La idea de esta bolsa es operarla de forma manual, con mucho cuidado para no dañarla y de paso no causar un problema a la intubación del paciente. Otra cosa que preocupa al equipo del MIT es que aficionados, bien intencionados, quieran copiar la fórmula, «pero sin experiencia intenten reproducir dicho sistema sin el conocimiento clínico o la experiencia necesarios con hardware que pueda funcionar durante días; se necesitarían alrededor de 1 millón de ciclos para apoyar a un paciente ventilado durante un período de dos semanas. Además, requiere un código tolerante a fallas, ya que los ventiladores son dispositivos de precisión que realizan una función vital. Para ayudar a reducir la propagación de información errónea o consejos mal pensados, el equipo ha agregado a su sitio web recursos de información verificados sobre el uso clínico de los ventiladores y los requisitos de capacitación y monitoreo en el uso de dichos sistemas. Toda esta información está disponible gratuitamente en e-vent.mit.edu»
El equipo de voluntarios además enfatizan que no pueden hacer estos ventiladores los aficionados en casa, ya que lo que ellos están construyendo ha pasado certificaciones de la FDA.
«Deben fabricarse de acuerdo con los requisitos de la FDA y solo deben utilizarse bajo la supervisión de un médico. El Departamento de Salud y Servicios Humanos emitió un aviso que indica que todas las intervenciones médicas relacionadas con Covid-19 ya no están sujetas a responsabilidad, pero eso no cambia nuestra carga de atención. La consideración principal es la seguridad del paciente. Así que tuvimos que establecer lo que llamamos requisitos clínicos mínimos funcionales», sostuvo un miembro del equipo.