Este artículo va a contener algunas confesiones, y la primera, es que me encanta Apple, no desde un punto de vista fanático (o como se dice ahora, de fanboy); me gusta Apple porque resuelve una compleja ecuación para el usuario: conseguir que cualquier dilema sea insultantemente fácil. Me encanta la marca porque sé que su producto, va a ser sencillo de usar y sobre todo, que simplemente va a funcionar. Dicho esto, va una segunda confesión: pasé cierta vergüenza cuando compré los AirPods originales y los llevaba cuando nadie me veía.
Ahora todo esto suena a risa, pero conviene recordar que los populares audífonos de Apple rompían por completo cualquier diseño y le otorgaban a uno un aspecto, cuando menos, extravagante. En su lanzamiento, los AirPods eran una incógnita: si resultaban ser un éxito, servirían como marca identitaria de la casa, como lo es el iPhone o incluso los EarPods, pero si la cosa no funcionaba… te habías estado paseando con unos artefactos muy alternativos en tus orejas durante mucho tiempo. Sin embargo, el flechazo fue instantáneo. Siendo seguro de los primeros en llevar unos AirPods en mi ciudad, reconozco que es el producto de Apple que más me ha cambiado la vida.
AirPods Pro, mejorando lo sublime
¿Por qué fueron tan revolucionarios los AirPods originales? Porque lograron algo en mí que no lo había hecho ningún producto de una manera tan clara: cambiar los hábitos. He tenido audífonos desde siempre, pero únicamente los utilizaba en viajes; sus cables que siempre se anudaban y un formato incómodo de llevar, terminaban por marginar este producto. Pero los AirPods solucionaron este primer gran dilema: siempre los llevaba encima y eran tan geniales que mientras no los usaba se cargaban ¿No era una solución genial?
En cuanto salió al mercado la segunda iteración del producto, los AirPods Pro, ni lo dudé y la compré, y la carga inalámbrica -para quien piense que no aporta nada en este producto- simplificó al máximo las cosas. Pero con la segunda versión todavía fresquita en mis orejas, va Apple y llega con un modelo que contaba con la única prestación que realmente echaba de menos en este producto: la cancelación de ruido. En mis viajes en tren me veía obligado a utilizar unos Beats de diadema, algo siempre incómodo y pesado de llevar, pero eso se ha acabado con los AirPods Pro.
No sustituyen al modelo anterior: lo complementan
Eso sí, Tim Cook logró trastocar mis planes ya que los AirPods anteriores los tengo casi sin usar ¿debo venderlos para ‘saltar’ a los nuevos? Según los planes de Apple, no, y atentos porque este movimiento es interesante. El propio CEO de la compañía corre a explicar que los AirPods Pro no vienen a sustituir al modelo precedente, sino a complementarlo ¿Cómo?
“Sospecho que, sobre todo al comienzo, habrá gente que tenga AirPods ya y simplemente quiera otro par para cuando necesite cancelación de ruido”, explicó Cook en la presentación del cierre del trimestre. Esto es, dos pares de audífonos en lugar de uno ¿No es genial? Es la bancarrota del usuario pero la situación idílica para la marca, y atentos porque esta fórmula puede funcionar y por un motivo evidente: los AirPods tienen una vida limitada.
Los que sean usuarios de estos audífonos desde la primera versión, saben que su batería llega un momento que muere y no queda otra que adquirir unos nuevos, porque la diferencia entre la sustitución de la batería y la compra de unos nuevos audífonos no sale a cuenta. Y para qué engañarse, me veo plenamente como un usuario más de esos que vaticina Tim Cook y un modelo hará el relevo de otro mientras coexisten.
NC, tamaño más compacto y resistencia al agua
Por si todo esto fuera poco, el diseño de los AirPods Pro es todavía más compacto que el modelo precedente y a la hora de hacer deporte, por fin cuentan con una certificación IP que los confirma como resistentes al agua (aunque los que los usábamos para el deporte, off-the-record sabíamos ambos modelos aguantaban bien el sudor).
Sin embargo y aunque todavía no los he podido probar, hay un par de detalles que, desde la distancia, contemplo mediante hardware para desactivar la cancelación de ruido. ¿Por qué no me convencen? Porque no son muy ‘apple’. Me fascinaba la idea de que Apple fuera capaz de fabricar un solo modelo de audífonos, sin adaptadores ni botones físicos, que sirvieran a todos los usuarios (o al menos, a la gran mayoría). Pero bien pensado, que sea esto todo lo malo que encuentro en este producto.