Tesla continúa siendo fuente de malas noticias financieras, tras reportar pérdidas por $408 millones de dólares en el segundo trimestre de 2019. Si bien el resultado no tuvo la magnitud esperada, los números rojos parecen lejos de ceder, incluso después de que el fabricante vendiera una cifra récord de vehículos.
El desempeño es 43 por ciento mejor del exhibido durante el mismo periodo del año pasado, cuando se registró una merma de $742 millones de dólares, y también más auspicioso del ofrecido entre enero y marzo últimos, cuando la empresa malogró $702 millones de dólares.
El más reciente informe es, de hecho, una mejora sustancial en ambas cifras, pero aún muestra una compañía que está dilapidando su caja a un ritmo preocupante.
Mientras Wall Street esperaba que el precio de la acción cayera alrededor de 40 centavos de dólar, el desplome llegó a $1.12 dólar.
Se esperaba que los ingresos de Tesla rondaran los $6.41 billones, pero la compañía solo se embolsó $6.35 billones de dólares. En las operaciones posteriores al cierre, el valor de los títulos de dominio había descendido hasta 11 por ciento.
El decepcionante comportamiento de sus arcas precede las buenas noticias para el fabricante especializado en vehículos eléctricos. Hace pocas semanas, Tesla informó que había vendido un número récord de autos, particularmente del Model 3. Y ahí es donde radica el problema.
El Model 3 es el carro más económico del catálogo de Tesla. Pero una máxima de la industria es que la mayor parte de las ganancias proviene de los productos más caros. Muchas casas automotrices simplemente consiguen efectivo con ofertas en sus modelos de entrada.
Entonces, si bien Tesla registró ventas récord de 95,200 unidades para el trimestre comprendido entre abril y junio, estas correspondieron al producto que un menor aporte realiza al balance general.
La compañía planea comercializar entre 360,000 y 400,000 ejemplares a lo largo de 2019. De momento, la cifra va en 158,200. Con la primera mitad del año ya en los libros, la empresa deberá entregar más de 200,000 durante el resto de la temporada para cumplir su objetivo.
Otro problema es que Tesla tiene varios flancos abiertos. Al ser dueña de sus propias tiendas, la firma enfrenta costos adicionales por mantenerlas abiertas y con personal. Por otro lado, la mayoría de los principales fabricantes planean lanzar sus primeras variedades eléctricas en los próximos 12 meses.
El crédito fiscal federal que reciben los consumidores por adquirir un Tesla ha caído de $3,750 a solo $1,875 dólares, mientras que buena parte de la competencia califica para el crédito total de $7,500.
Los tiempos incumplidos del servicio técnicos y las quejas por los ajustes y los acabados han continuado persiguiendo a la empresa. Además, la compañía simplemente eliminó algunas variantes y redujo los precios en otros para mantener el impulso de las ventas en sus ofertas de mayor precio y margen.
Hacer autos es un negocio muy difícil, por lo que abundan las especulaciones acerca de la sobrevivencia de Tesla. Independientemente de si se trata de un contratiempo momentáneo o una tendencia, algunos inversores están oliendo la sangre en el río. Los próximos 12 meses serán cruciales para el pionero de los vehículos eléctricos.