Un cierto número de lectores recordarán cómo el Megazord de los Power Rangers era un gran robot formado por varios pequeños transformadores.
Pues bueno, los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han estado trabajando en un proyecto basado en los mismos principios y es bastante impresionante.
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Lo que los miembros de la universidad han creado es un concepto llamado ChainFORM, es decir, un robot modular que puede cambiar su forma, desde las piernas de un robot ambulante hasta un joystick de juego. Todo depende de cómo coloques los módulos juntos.
Hablando con Digital Trends, el investigador Ken Nagasaki lo describió como una «plataforma novedosa para las interfaces de cambio de forma».
«Utilizando la tecnología modular robótica, hemos desarrollado un sistema de hardware con una rica funcionalidad para detectar la interacción tangible, cambiar la forma y el color, y permitir a los usuarios personalizar la longitud y la configuración del dispositivo», asegura.
Este trabajo se basa en un proyecto de robot de serpiente multifuncional llamado LineFORM. Así, ChainFORM se compone de diferentes módulos con detección táctil a través de múltiples superficies, luces parpadeantes y actuación del motor.
Al igual que el kit Lego más inteligente del mundo, cuando las piezas individuales están conectadas entre sí, se puede calcular cuántas son y la formación en la que se encuentran. Entonces es posible cambiar su función para explorar diferentes capacidades.
«Prevemos que ChainFORM se utilizará principalmente en dos escenarios prácticos: interfaces informáticas dinámicas y herramientas de creación de prototipos para la animación y la interacción», subraya Nagasaki.
El primero, ofrece una mirada sobre cómo nuestras interacciones con los dispositivos móviles y los ordenadores cambiarán a medida que la transformación de las interfaces de entrada, las pantallas y los marcadores inteligentes se conviertan en algo común.
«En cuanto a las herramientas de creación de prototipos, creemos que ChainFORM permite a los diseñadores, artistas y niños crear fácilmente artesanías animadas e interactivas de una forma similar a cortar y reconfigurar diariamente materiales de artesanía como cinta y alambre», señala Nagasaki. «El tamaño relativamente pequeño de ChainFORM permite a los creadores añadir otros materiales de artesanía o [incluso su propio] cuerpo. Con ChainFORM, los usuarios serán capaces de hacer que los materiales bailen y respondan a ellos”.
Y es que, aunque todavía se trata de un proyecto de investigación, Nagasaki espera que la tecnología llegue a los productos del mundo real a lo largo de la próxima década. ¿Será verdad?