La temporada 2016 de Fórmula Uno recién arrancará en marzo, mientras tanto, algunos de sus autos viajan a los Alpes austríacos para tomarse unas pequeñas vacaciones de invierno.
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Si alguna vez te has preguntado si un auto de Fórmula Uno (F1) puede andar en la nieve, la respuesta es “sí”, y sin necesidad de hacerle muchas modificaciones. Aunque sí fue necesario transportarlo por aire vía helicóptero, para circular en las pendientes de las montañas europeas, solo necesitó cadenas de nieve para las ruedas, una mayor distancia al suelo, y la conducción de Max Verstappen, el piloto profesional de la escudería Toro Rosso.
Toro Rosso es el equipo B de Red Bull en la F1, y donde, generalmente, prometedores jóvenes pilotos, como Verstappen que tan solo tiene 18 años, aprenden sobre los circuitos y los autos de la máxima categoría, demuestran su talento, y, si tienen suerte, consiguen mejores ‘butacas’ en los años venideros. Max debutó en la F1 el año pasado, y con 17 años fue el piloto más joven de la historia del deporte.
Aunque Verstappen es muy joven, el auto que condujo en los Alpes es un veterano. El RB7 corrió en la temporada de 2011 cuando fue piloteado por Sebastian Vettel —cuádruple campeón mundial— y Mark Webber para la escudería Red Bull. Lleva un motor V8 de 2.4 litros y está equipado con la tecnología KERS, un sistema que acumula energía cinética durante las frenadas y la transforma en energía eléctrica para dejarla a disposición del piloto cuando éste necesite de más potencia, por ejemplo, para pasar a un rival. Sin embargo, el RB7 no viene del taller con neumáticos para nieve, y los alerones y las otras ayudas aerodinámicas son inútiles en las condiciones de montaña.
Teniendo en cuenta cuán frágiles y nerviosos son los vehículos de Fórmula Uno, es llamativo ver a uno de ellos en una montaña, sobre nieve, y al borde de un precipicio. El RB7, además, no es cualquier auto de F1, el RB7 es el campeón del 2011. Vettel ganó el campeonato de conductores de 2011 con él y Red Bull ganó el campeonato de constructores con él. De todos modos, y para tranquilidad de los lectores y de los ingenieros, nada malo pasó en la demostración en la montaña. Ningún accidente. El RB7 y Max Verstappen mostraron al mundo que lo que hacen en el pavimento, a temperaturas agradables y a nivel del mar, también lo pueden hacer en la nieve, a temperaturas bajo cero y a 2,000 metros de altura. ¡Mira el video!