En un entorno cada vez más digital y vulnerable a ciberataques, proteger tus cuentas y datos personales es fundamental. Afortunadamente, expertos en ciberseguridad, como el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de EE.UU. y la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), han entregado recomendaciones prácticas para mejorar la seguridad de tus contraseñas. A continuación, te presentamos siete reglas básicas que pueden marcar una gran diferencia en la seguridad de tu vida digital hoy en día.
1. Crea contraseñas largas y complejas
Uno de los principios fundamentales en seguridad digital es que la longitud de una contraseña es clave para su efectividad. Actualmente, los expertos recomiendan que las contraseñas tengan al menos 15 caracteres. Aunque antes se priorizaba la inclusión de símbolos y números complejos, hoy en día se considera que la extensión de la contraseña juega un papel aún más importante en su seguridad.
Una estrategia efectiva es utilizar una “passphrase” o frase de contraseña, que consiste en combinar varias palabras al azar, como “Perro-Café!Montaña9”. De esta manera, generarás una contraseña difícil de descifrar, pero relativamente fácil de recordar. La clave está en que sea lo suficientemente larga y cuente con una mezcla de letras, números y símbolos para hacerla más robusta.
2. Usa un gestor de contraseñas
Si tienes muchas cuentas, lo mejor que puedes hacer es dejar que un gestor de contraseñas se encargue del trabajo pesado. Estos programas guardan tus contraseñas en una base de datos segura y encriptada, y te ayudan a generar contraseñas únicas y complejas para cada sitio. Además, te protegen de intentos de phishing, ya que no completarán tus credenciales en sitios web falsos. Puedes usar un gestor de contraseñas en todos tus dispositivos y sincronizar las contraseñas de manera segura. Es más, aunque puedas llevar un cuaderno con todas tus contraseñas, un gestor digital hace el trabajo mucho más fácil y seguro.
3. Nunca reutilices contraseñas
Usar la misma contraseña para todo es una práctica común y muy peligrosa. ¿Por qué? Si un sitio es hackeado y tus credenciales se ven expuestas, los atacantes pueden usar esa misma información en otros sitios. Un buen gestor de contraseñas te alertará cuando estás usando una contraseña repetida y te sugerirá una alternativa única. Es tentador usar una misma clave en varias plataformas, pero así solo les haces el trabajo más fácil a los hackers.
4. Evita pistas de contraseña y preguntas de seguridad
Las pistas de contraseña y preguntas de seguridad, como “¿Cuál es el nombre de tu mascota?” o “¿Dónde naciste?”, son opciones obsoletas y no muy seguras, especialmente si tienes información personal en redes sociales. Los atacantes pueden adivinar estas respuestas, lo que hace que tus cuentas sean más vulnerables. En lugar de usar estos métodos, lo ideal es almacenar tus contraseñas en un gestor, que no te obligará a recordar más datos de los necesarios.
5. Cambia las contraseñas predeterminadas
Dispositivos como routers de Wi-Fi, cámaras de seguridad y sistemas de hogar inteligente suelen venir con contraseñas predeterminadas que son fáciles de adivinar para los atacantes. Asegúrate de reemplazar estas contraseñas por unas más robustas en cuanto instales el dispositivo. Esto protegerá tu red y reducirá el riesgo de accesos no autorizados.
6. Activa la autenticación multifactor (MFA)
La autenticación multifactor agrega una capa extra de seguridad, pidiéndote un código adicional cuando inicias sesión en una cuenta importante. Este código puede enviarse a tu teléfono o generarse en una aplicación de autenticación. Y aunque recibir el código por SMS es mejor que nada, las apps de autenticación son una opción más segura. Con la autenticación multifactor, incluso si alguien obtiene tu contraseña, aún necesitará ese código extra para entrar. Esto es crucial en cuentas sensibles, como las bancarias, correo o de redes sociales.
7. No cambies tus contraseñas sin motivo
Antes se creía que cambiar las contraseñas cada cierto tiempo era lo ideal. Pero, de hecho, cambiar tus contraseñas constantemente puede terminar haciendo más daño que bien, ya que las personas suelen optar por combinaciones fáciles de recordar y predecibles. Los expertos recomiendan que, si tu contraseña es fuerte y única, no hay razón para cambiarla a menos que sospeches de una posible brecha de seguridad. Ahora bien, si una página o tu departamento de TI insisten en que debes cambiarla, usa el gestor para crear una nueva que cumpla con sus requisitos.