Al hablar de los orígenes de Nintendo, la mayoría de las personas tiende a pensar en antiguas consolas de los años ochenta (portátiles como Game & Watch o de sobremesa como la Famicom) y juegos de arcade como Donkey Kong.
Sin embargo, la historia de Nintendo comenzó hace mucho tiempo. En específico, hace 132 años, un 23 de septiembre de 1889 en la ciudad de Kioto, Japón. En ese entonces, las máquinas de entretenimiento electrónico todavía tenían décadas por delante antes de su nacimiento.
Nintendo se fundó como Nintendo Karuta y su objetivo inicial fueron los juegos de ocio, pero en un formato más análogo como los naipes. Su fundador, Fusajiro Yamauchi, creó la compañía para producir unas cartas llamadas hanafuda, que son el equivalente japonés a los mazos occidentales que se usan para diversos juegos.
Las primeras décadas de Nintendo como empresa estuvieron dedicadas enteramente a la producción de cartas. Luego de las hanafuda, la compañía diversificó su oferta y produjo cartas de diferentes tipos y niveles de calidad. En 1930, Nintendo era la empresa de cartas más grande de todo Japón.
Nintendo fue fundada y mantenida en sus primeros años como un negocio familiar. El apellido Yamauchi se mantuvo siempre presente y eso implicó incluso la adopción de algunos hijos con el fin de preservar el apellido en la dirección de la compañía.
En esos ajustes familiares apareció la figura de Hiroshi Yamauchi, que es probablemente la más importante de la historia de Nintendo. Bajo la dirección de Yamauchi desde los años cincuenta en adelante, Nintendo se asoció con Walt Disney para poner las figuras de esta última en las cartas que producían.
Desde esa época, y a causa de la sociedad con Disney, Nintendo comenzó a consolidar una posición en el mercado infantil. Sin embargo, diversos vaivenes, como la participación de Japón en las guerras mundiales, obligaron a que Hiroshi Yamauchi considerara la expansión de la compañía hacia otros productos.
Durante la década de los sesenta, Nintendo intentó entrar en áreas tan diversas como cadenas de moteles, comida instantánea e incluso un servicio de taxis, todo mientras la producción de cartas seguía siendo su negocio principal, aunque este sufría debido al cada vez menor interés del público.
Hacia finales de los sesenta, Nintendo comenzaría a dar tímidos pasos en el mundo de los juguetes, aunque sin todavía entrar de lleno en la electrónica. La compañía produjo diversos juegos de mesa antes de lanzar la llamada Nintendo Beam Gun, una pistola que se convertiría en un periférico para la consola Magnavox Odyssey.
La Beam Gun fue diseñada por alguien que se convertiría en un ícono de Nintendo en el futuro: Gunpei Yokoi, quien era parte de la compañía desde hace años y estaba a cargo de diseñar proyectos que permitieran a Nintendo dejar de depender de las cartas, su negocio principal.
Si Hiroshi Yamauchi fue el responsable de que la compañía se mantuviera a flote durante sus épocas de crisis, los productos que cambiarían el rumbo de Nintendo fueron obra de Gunpei Yokoi. Bajo su liderazgo se crearon nuevos juguetes electrónicos que resultaron muy populares y que marcaron el camino para lo que vendría después.
El primer acercamiento a las consolas se dio a comienzos de los setenta con la licencia de la Magnavox Odyssey para Japón. En tanto, la creación de videojuegos nació con Wild Gunman, un título de disparos que utilizaba un dispositivo con tecnología similar a la Nintendo Beam Gun.
Esta década marcó el punto de quiebre para Nintendo, ya que los productos electrónicos se convirtieron en su principal atractivo. Y ya con la creación de las portátiles Game & Watch, también obra de Gunpei Yokoi, no habría vuelta atrás: luego vendrían los juegos de arcade, la creación de Donkey Kong, la introducción de la Famicom y el surgimiento de Shigeru Miyamoto con una de las mentes trascendentales para la historia de los videojuegos.
En 1989, Nintendo, que cosechaba el éxito de la NES, se aprestaba a lanzar la Game Boy y planificaba lo que sería la Super Nintendo; esta era completamente distinta a la Nintendo que Fusajiro Yamauchi levantó un siglo antes. Lo único que se mantenía, además del nombre, era el apellido de su máximo jefe: Hiroshi Yamauchi, quien se retiró de la compañía en 2002 para dejar su puesto a Satoru Iwata.