¿Debe haber una frontera entre la creatividad y la legislación? En cualquier otro ámbito, podemos deducir que sí, que las leyes deben prevalecer sobre el resto de los intereses en la defensa de los derechos humanos. Pues bien, esta máxima se aplica también al mundo de la tecnología y lo hemos visto en la controvertida prohibición de determinados productos que nunca han llegado a ver la luz o que, si lo han hecho, fueron retirados de forma fulminante por las autoridades.
Las motivaciones, por lo general, han sido de orden sanitario o de seguridad, pero —en otros muchos casos— por causas más arbitrarias. A continuación, resumimos algunas tecnologías prohibidas que no veremos nunca. Te invitamos a que nos acompañes en un repaso por algunos de los productos que han vivido en carnes propias el rigor de la ley, como recientemente la fulminante retirada en Estados Unidos de los sabores de los cigarrillos electrónicos. Algunos productos son menores y de uso doméstico, pero otros podrían transformar el planeta.
Prohibido cambiar el clima
Aunque existen teorías que apuntan a causas cíclicas, hay consenso en que el ser humano es corresponsable del calentamiento global del planeta. Si esto es así, ¿por qué no hacer que sea también quien lo solucione? Esta idea aparentemente alocada tiene su fundamento, ya que un experto de la Universidad de Harvard sostiene que la solución al calentamiento es sencilla y barata: “bombardear” la estratosfera con gotas de ácido sulfúrico.
David Keith explica que, empleando cazas militares que se eleven por encima del espacio aéreo comercial, se pueden liberar diminutas partículas de sulfato que crearían, por resumirlo, un espejo que impediría en parte la llegada de los rayos del sol y se evitaría el calentamiento. La idea fue desechada por desconocer el impacto colateral de este componente en la atmósfera.
Las BlackBerry
Puedes frotarte los ojos todo lo que quieras, pero las difuntas BlackBerry nunca fueron conectadas en varios puntos del planeta. Por lo general, se atribuyó a cuestiones de “seguridad nacional”, un eufemismo que se refiere más bien a un recorte de libertades. El que fuera smartphone por excelencia en el planeta fue prohibido de facto en países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Indonesia e India, entre otros. ¿Por qué motivo? Básicamente, porque el extinto producto de los canadienses cifraba todos los mensajes en aras de la privacidad, uno de sus principales argumentos de venta. Es decir, las autoridades no podían husmear en tus mensajes, un hecho que algunos gobiernos no aceptaron.
Sin «porno» en el iPhone
“Quien quiera porno, que vaya a Android”. Cómo no recordar al genial Steve Jobs lanzando esa soflama con cara de pocos amigos. Y sí, se ha cumplido hasta en las últimas consecuencias: Apple quiere su App Store libre de sexo y, por extensión, de cualquier otro contenido que pueda dañar a sus clientes. No hay sexo, no hay drogas. Con la llegada de Apple +, nos queda por descubrir cómo va a gestionar el gigante de Cupertino otro contenido, pero la realidad es tozuda: las aplicaciones de sexo han sido prohibidas en la App Store y eso no parece que vaya a cambiar.
Google Street View
Qué haríamos ahora sin Street View, esa genial herramienta de Google que nos traslada, en primera persona, a cualquier rincón del planeta y así podemos saber de antemano dónde está exactamente ese portal o café que visitaremos en vacaciones. En India no saben lo que eso y no parece que lo conocerán. Las autoridades consideran que, pese a emborronarse matrículas y rostros, la información que registra la herramienta del buscador supone, una vez más, un peligro para la seguridad nacional.
No a los punteros láser
El uso inapropiado de los punteros láser ha provocado no pocas situaciones desagradables en estadios de fútbol y demás eventos multitudinarios, por lo que en España las autoridades se vieron obligadas a adoptar medidas drásticas al poner en peligro las vidas de muchas personas. En concreto, algunos desalmados no tuvieron mejor idea que apuntar con estos dispositivos las cabinas de varias aeronaves que realizaban maniobras de aproximación, provocando varios aterrizajes de emergencia, al deslumbrar al piloto. La ley 21/2003 impide en España el uso de estos dispositivos en aeropuertos y sus alrededores con penas de cárcel en los casos más graves para quienes las incumplan.
El control de tracción en F1
Está claro que la tecnología ha logrado que nuestras carreteras sean infinitamente más seguras, así como una inimaginable reducción en las víctimas de accidentes de tráfico. ¿Quién se imagina ahora un automóvil sin airbags o ABS? ¿Y sin control de tracción?… Bueno, esto último ha sido “revisado” aunque por una buena causa: la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) decidió prohibir en 2003 su uso en las competiciones de Fórmula 1 y se lo agradecemos: ahora el espectáculo es superior y, desde luego, no a cambio de una merma en la seguridad.