En un verdadero desastre pudo haber terminado el experimento de un hombre que se inyectó un té hecho con hongos alucinógenos, como parte de un tratamiento para la depresión.
El caso afectó a un estadounidense de 30 años, que desarrolló una infección potencialmente mortal, que hizo que los hongos comenzaran a crecer en su organismo. Aunque sobrevivió, el incidente lo obligó a permanecer internado durante cerca de un mes, sometido a intensos tratamientos de antibióticos y antimicóticos.
El caso fue documentado en la Journal of the Academy of Consultation-Liaison Psychiatry por médicos del Hospital y Centro Médico St. Joseph en Arizona, Estados Unidos, según consignó Gizmodo.
Tratamiento alternativo
El sujeto tenía antecedentes de trastorno bipolar y dependencia de opioides, pero había dejado de tomar los medicamentos prescritos por sus médicos.
En cambio, encontró investigaciones que mostraban beneficios de las drogas alucinógenas o psicodélicas, como los hongos y el LSD, para tratar su condición.
Comenzó a hervir hongos, filtrando la mezcla con hisopos de algodón e inyectándosela de forma intravenosa.
Sin embargo, a los pocos días comenzó a sufrir letargo, ictericia, diarrea y náuseas, vómitos de sangre, entre otros síntomas.
Cuando varios órganos comenzaron a presentar fallas, como los pulmones y el riñón, fue internado de urgencia.
Las pruebas revelaron que tenía una infección bacteriana y fúngica en la sangre, lo que significa que los hongos que se había inyectado se alimentaban de él y estaban creciendo.
Prevención ante posible legalización
El incidente se produce cuando hay esfuerzos en Estados Unidos para legalizar el uso de estas sustancias como tratamiento psiquiátrico. En noviembre de 2020, Oregón se convirtió en el primer estado en hacerlo.
Según Curtis McKnight, coautor del informe y psiquiatra del Hospital y Centro Médico St. Joseph en Arizona, hay estudios que indican que los hongos psicodélicos podrían ser un tratamiento para la depresión y los trastornos por uso de sustancias, pero deben ser consumidos de forma segura.
“El caso informado subraya la necesidad de una educación pública continua sobre los peligros que conlleva el uso de esta y otras drogas, en formas distintas a las recetadas”, escribieron.