Luego de meses de especulaciones e investigaciones científicas, el misterio de la repentina muerte de al menos 330 elefantes en Botswana parece haberse resuelto.
Científicos del país africano llegaron a la conclusión de que el trágico fenómeno se debió a floraciones tóxicas de cianobacterias, una neurotoxina natural. Este fenómeno biológico ha aumentado debido al cambio climático, informó ABC News.
“Nuestras últimas pruebas han detectado que las neurotoxinas cianobacterianas son la causa de las muertes. Estas son bacterias anaerobias que se encuentran en los recipientes de agua estacionales”, señaló Mmadi Reuben, veterinaria principal del departamento de vida silvestre y parques nacionales de Botswana.
Inicialmente, las explicaciones sobre las muertes iban desde la caza furtiva hasta el envenenamiento por ántrax.
“El cambio climático y el efecto del calentamiento global en la región están aumentando tanto la intensidad como la gravedad de las proliferaciones de algas nocivas, lo que hace que este problema sea más probable que vuelva a ocurrir”, añadió Reuben.
Los expertos pasaron meses recopilando muestras de los elefantes muertos, del suelo y del agua, así como de animales vivos. Luego los enviaron a laboratorios especializados en África, Estados Unidos, Canadá y Europa.
La mayoría de los cadáveres, detectados desde el aire, se encontraron agrupados alrededor de fuentes de agua cerca del delta del río Okavango, que, en tiempos normales, es un importante destino turístico de safari. Algunos animales incluso fueron vistos caminando mareados en círculos antes de morir repentinamente.
“Las muertes inexplicables cesaron cuando estos pozos de agua estacionales y cántaros de agua se secaron a fines de junio, el comienzo de nuestro otoño”, explicó Reuben.
Con la excepción de un caballo, otras especies animales no se vieron afectadas por el fenómeno de las algas verdiazules.
“Una hipótesis de trabajo es que, a diferencia de otros animales, los elefantes succionan agua con sus trompas desde abajo, por lo que beben desde niveles más profundos en los pozos de agua, más cerca del limo donde se encuentran las toxinas anaerobias”, concluyó Mmadi Reuben.