En lo que podría describirse como una «carrera armamentista» de 65 millones de años, las polillas han desarrollado una sorprendente habilidad para eludir a los murciélagos, uno de sus mayores depredadores.
Los murciélagos cuentan con un biosonar ultrasónico, que resulta clave para que puedan detectar a los insectos, como las polillas, que se convertirán en sus presas.
Sin embargo, a través de un análisis de aire, mecánica acústica y refractometría, investigadores de la Universidad de Bristol descubrieron que una delgada capa de escamas en las alas de la polilla tiene extraordinarias propiedades de absorción del ultrasonido de los murciélagos.
Se trata de un camuflaje sigiloso contra los ecolocalizadores y es considerado el primer metamaterial acústico conocido de origen natural, apuntaron los investigadores.
Un metamaterial es generalmente un compuesto artificial, diseñado para alcanzar propiedades físicas que superan las disponibles en la naturaleza. Los de origen natural son extremadamente raros.
Un paso más
Los investigadores detectaron a comienzos de 2020 que las polillas sordas habían desarrollado escamas absorbentes de ultrasonido en sus cuerpos, con lo que podían absorber el 85 por ciento de la energía sonora que emiten los murciélagos.
La barrera protectora de 1.5 mm de profundidad actúa como un absorbente del sonido. Sin embargo, no sería eficiente en las alas de las polillas, porque su grosor obstaculizaría su capacidad de volar.
Sin embargo, el equipo de Bristol reveló que las polillas han creado un metamaterial absorbente 100 veces más delgado que la longitud de la onda del sonido, lo que les permite mantener su ligereza y reducir la posibilidad de que los murciélagos detecten los ecos en sus alas.
El rendimiento del metamaterial de las polillas supera de los límites de los absorbentes acústicos clásicos que se utilizan actualmente en entornos como las oficinas.
Por lo mismo, los hallazgos refuerzan los esfuerzos de los científicos para diseñar absorbedores de sonido bioinspirados. «Una absorción de este tipo es muy difícil de lograr en las estructuras ultradelgadas de las alas de las polillas, que es lo que la hace tan notable», afirmó Marc Holderied, investigador principal de Bristol.
«La promesa es contar con uno de los absorbentes de sonido mucho más delgados para nuestros hogares y oficinas. Nos acercaríamos a un ‘papel tapiz’ absorbente de sonido mucho más versátil y aceptable en lugar de paneles absorbentes voluminosos», añadió.