Con su legendario sentido del olfato, los perros son expertos en identificar los aromas característicos del cáncer en el aliento, la orina y las heces.
Un estudio publicado en la revista científica PLOS One ha demostrado cómo estos animales pueden “entrenar” a una inteligencia artificial en la detección de los cánceres de próstata agresivos.
El cáncer de próstata afecta a uno de cada nueve hombres, por lo que es el segundo tipo de cáncer más común entre esta población.
La prueba de detección del antígeno prostático específico (PSA) es una de las más utilizadas para identificarlo, pero a menudo no lo hace o entrega diagnósticos incorrectos.
Si bien la habilidad de los perros para reconocer cánceres se ha probado con éxito desde los años noventa, esta no resulta del todo práctica para realizar procedimientos a gran escala.
Por lo mismo, un equipo de investigadores del Medical Detection Dogs del Reino Unido propuso combinar las fortalezas del olfato canino y métodos de detección basados en la inteligencia artificial, con el objetivo de desarrollar una aplicación para teléfonos inteligentes.
Enseñar a las máquinas
Para el estudio, dos perros tuvieron que identificar distintos tipos de cáncer a partir de muestras de orina. Según los resultados, reconocieron con éxito 71 por ciento de los casos positivos, y entre 70 y 76 por ciento de los negativos.
Los investigadores recolectaron los compuestos volátiles del aroma de cada una de las muestras de orina y descubrieron sustancias químicas distintivas. Con esto datos, entrenaron una red neuronal artificial para que identificara las porciones de la espectroscopia que contribuyeron a los diagnósticos de los perros.
El objetivo final del equipo es aplicar el algoritmo a “una nariz electrónica”, que permita llevar este descubrimiento a aplicaciones de teléfonos inteligentes. “Hemos demostrado que es posible replicar el rendimiento del perro como sensores y cerebros”, afirmó Claire Guest, del Medical Detection Dogs.
Antes de que esta herramienta esté lista para teléfonos inteligentes, los científicos reconocen que se necesitan más muestras para mejorar la detección. De cualquier manera, los resultados preliminares ya son prometedores.