Un estudio reveló por primera vez el tamaño real del megalodón, el legendario tiburón prehistórico y una de las especies más fascinantes en la historia de la humanidad.
El gran megalodón, una estrella de las películas de Hollywood, habitó los océanos hace 23 millones años hasta hace tres millones.
Sin embargo, nunca había sido posible definir con exactitud sus dimensiones.
La tarea era un desafío mayor para investigadores, porque a menudo solo encuentran sus dientes, fósiles de cortes triangulares más grandes que una mano humana.
El tamaño del megalodón solo había estimado a partir del gran tiburón blanco, la especie viva más temible, que puede medir más de seis metros (20 pies) y dar una mordida con una fuerza de dos toneladas.
De esta forma, se calculaba que medía más del doble de largo que un gran tiburón blanco y tenía una fuerza de mordida de más de diez toneladas.
Cuánto medía realmente
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Swansea y la Universidad de Bristol usaron una serie de métodos matemáticos para determinar con mayor precisión el tamaño y las proporciones de este monstruo.
Los investigadores ampliaron los análisis anteriores para incluir cinco tiburones modernos con similitudes ecológicas y fisiológicas.
“El megalodón no es un antepasado directo del gran blanco, pero está relacionado con éste y otros tiburones macropredadores como el makos, el tiburón salmón y el tiburón marrajo sardinero», explicó Catalina Pimiento, una de las investigadoras.
Los científicos analizaron las curvas de crecimiento de las cinco especies modernas para proyectar una forma general, a medida que cada una de ellas se hace más grande.
De esta forma, determinaron que el otodus megalodón podía llegar a medir 16 metros de largo.
Además, calcularon que tenía una cabeza redonda de 4.65 metros de largo, una aleta dorsal de 1.62 metros de alto y una cola de alrededor de 3.85 metros de alto.
Esto significa que una persona adulta podría pararse sobre la espalda de este tiburón y tendría aproximadamente la misma altura que la aleta dorsal.
La reconstrucción del tamaño de las partes del cuerpo del megalodón representa un paso fundamental para mejorar la comprensión de la fisiología de este gigante y los factores intrínsecos que pueden haberlo hecho propenso a la extinción.