México lamenta la muerte de Mario Molina, premio Nobel de Química 1995. El destacado académico e investigador falleció a los 77 años producto de un infarto.
Varias autoridades lamentaron su deceso, entre ellas el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien en Twitter despidió al “destacadísimo científico mexicano, defensor del medioambiente y Premio Nobel de Química”.
La noticia de su partida ha sido tomada con tristeza en el ambiente científico, sobre todo por quienes han valorado el destacado trabajo de Molina, quien nació el 19 de marzo de 1943 en Ciudad de México.
Una vida dedicada a proteger el planeta
José Mario Molina Pasquel y Henríquez fue uno de los primeros en advertir sobre el impacto de las sustancias químicas generadas por la actividad humana en la capa de ozono.
Junto a Frank Sherwood, recibió el Nobel de Química gracias al estudio publicado en la revista Nature, donde ambos anticiparon que la emisión de gases clorofluorocarbonos (CFC) ocasionaría un agujero en la capa de ozono.
Su estudio alertaba que esta situación provocaría enfermedades y graves alteraciones en los distintos ecosistemas.
Su descubrimiento resultó tan importante que fue clave en la adopción del Protocolo de Montreal de 1987, donde se prohibió el uso de gases CFC, acción que ha permitido estabilizar los niveles de ozono hasta nuestros días.
Molina se convirtió así en un defensor del medioambiente y en un comprometido opositor de todos quienes negaban la crisis climática.
En 2011 incluso llegó a la Casa Blanca, convirtiéndose en asesor de ciencia y tecnología de Barack Obama junto a otros 21 científicos.
En aquel entonces fue condecorado con la Medalla Presidencial de la Libertad, considerada la distinción civil más importante en Estados Unidos, siendo el primer mexicano en recibirla.
También recibió una condecoración similar por parte del ex presidente francés Francois Hollande.
Mario Molina hizo clases en importantes instituciones de México y Estados Unidos. También formó parte de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, el Colegio Nacional de México, la Academia Mexicana de Ciencias y la Academia Mexicana de Ingeniería, entre otras.
En 2005 fundó el Centro Mario Molina, una institución dedicada a la investigación sobre energía, medioambiente y cambio climático.
Esta faceta activista y comprometida la mantuvo hasta sus últimos días, ya que en el periodo reciente se había convertido en un importante defensor de las mascarillas, y constantemente destacaba su eficacia como una forma de protegernos ante el SARS-CoV-2.
Como ocurre en muchos casos, es posible que recién ahora tengamos conciencia de la importancia de Molina y de su crucial aporte a la protección del medioambiente de nuestro planeta.