Si bien se cree que el acero al cromo, también conocido como acero inoxidable, es una innovación relativamente reciente, una nueva investigación evidencia que los antiguos persas ya se habían topado con una versión temprana de esta aleación hace unos 1,000 años.
El hallazgo no deja de ser importante, ya que durante décadas los científicos de materiales, arqueólogos e historiadores han considerado que el acero inoxidable corresponde a una innovación propia del siglo XX.
El estudio, publicado en el Journal of Archaeological Science y llevado a cabo por investigadores del University College de Londres (UCL), fue realizado con la ayuda de varios manuscritos persas medievales, lo que llevó a los autores a trasladarse a un sitio arqueológico en Chahak, al sur de Irán.
Todo comenzó en el siglo XI
Así, los científicos descubrieron que los persas forjaban aleaciones hechas de acero al cromo ya en el siglo XI. Probablemente, utilizaban este material para fabricar espadas, armaduras, dagas y otros artículos.
“Nuestra investigación proporciona la primera evidencia de la adición deliberada de un mineral de cromo en la producción de acero. Creemos que fue un fenómeno persa”, señala en un comunicado el doctor Rahil Alipour, del Departamento de Arqueología del University College, y autor principal del estudio.
Alipour también explica que los alcances de su investigación podrían ser aplicados a otras colecciones arqueológicas de Chahak.
“Esta investigación no solo ofrece la evidencia más antigua conocida de la producción de acero al cromo que se remonta al siglo XI, sino que también proporciona un trazador químico que podría ayudar a identificar los artefactos de acero al crisol (elaborado mediante diferentes técnicas fundamentadas en el lento proceso de calentamiento y enfriamiento del hierro puro en un crisol) en museos o colecciones arqueológicas desde su origen en Chahak, o la tradición Chahak”, agrega.
Chahak aparece descrita en una serie de manuscritos históricos que se remontan al periodo comprendido entre los siglos XII y XIX, y en ellos se le describe como un centro de producción de acero que alguna vez habría gozado de cierta fama.
Además, sería el único sitio arqueológico conocido en Irán con evidencia de fabricación de acero al crisol.
Respecto a Chahak, el profesor Thilo Rehren, otro de los autores del estudio, señala: “En un manuscrito persa del siglo XIII traducido por el Dr. Alipour, el acero Chahak se destacó por sus patrones finos y exquisitos, pero sus espadas también eran quebradizas, por lo que perdieron su valor de mercado. Hoy el sitio es un pueblo pequeño y modesto, que antes de ser identificado como un sitio de interés arqueológico, solo era conocido por su agricultura”.