El llamado “Flying Bum” (“Trasero volador”) se fue a tierra no precisamente de culo, sino más bien de narices en una peligrosa maniobra de aterrizaje que da mucho que pensar, sólo días después de ser presentado con bombos y platillos como el Airlander 10.
La máquina voladora más grande del mundo (que recibió su apodo por la forma de su parte delantera) estaba disfrutando de su segundo vuelo de la historia, a solo pocos días de haber completado con éxito su primer vuelo de prueba a unas 40 millas al norte de Londres, Reino Unido.
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La máquina voladora con forma de dirigible y de $33 millones de dólares volvía al mismo lugar del cual había despegado, después de un vuelo de 100 minutos. Los informes iniciales sugirieron que el gigante comenzó a tener dificultades un par de cientos de metros antes del aterrizaje, cuando unas sogas que cuelgan del Airlander se engancharon en un poste de teléfono. Se debe decir, eso sí, que la compañía que lo dirige — Hybrid Air Vehicles (HAV)— ha negado lo anterior, aun cuando todavía no ofrecen una explicación clara de lo sucedido.
Las imágenes de vídeo muestran al Airlander10 antes de golpearse contra el suelo, aunque a una velocidad relativamente suave. Aún así, el impacto fue suficiente violento como para aplastar a la cabina del piloto, que se llevó claramente la peor parte. En un comunicado, la HAV confirmó que ambos pilotos, así como el personal de tierra que estaba cerca de la aeronave, no corrieron ningún peligro serio, y se encuentran muy bien después del impacto.
Al calificar el accidente como un “aterrizaje forzoso”, la compañía confirmó que la cubierta de vuelo de la máquina “sufrió algunos daños, los cuales están siendo evaluados”.
Y añadieron que «Hybrid Air Vehicles tiene un sólido conjunto de procedimientos para las actividades de pruebas de vuelo, así también para investigar los sucesos acaecidos. Seguiremos en esta línea durante los próximos días, a medida que seguimos desarrollando el Airlander”.
La enorme máquina mide 92 metros (302 pies) de largo, 15 metros (50 pies) más que un avión Jumbo. Levantado por el helio e impulsado por cuatro motores diesel turboalimentados que le dan una velocidad máxima de 90 mph, el Airlander puede alcanzar alturas de hasta 4,900 metros (16.000 pies) y permanecer en el aire durante dos semanas.
Suponiendo que el equipo “planchará las arrugas” y tomará nota de lo que salió mal, se espera que el Airlander podría llevar a cabo una serie de funciones, incluyendo el trabajo de vigilancia, transporte de carga, distribución de la ayuda, viajes de placer, e incluso el transporte de pasajeros.