Con una tasa de contagio poca veces vista, el COVID-19 trae literalmente de cabeza al mundo. Al cierre de esta edición, alrededor de 250 mil personas se habían contagiado y 10,000 de ellas no lograron sobrevivir. Los gobiernos de varios países han declarado estado de emergencia y en otros se impuso toque de queda. Pero la tecnología ha salido a dar la cara, en específico con Summit, la supercomputadora más rápida del mundo.
De acuerdo con un comunicado del Laboratorio Nacional Oak Ridge, los investigadores Jeremy C. Smith y Micholas Smith realizaron estudios individuales sobre los virus del SARS y del SARS-CoV-2, el primero causante de la crisis de 2003 y el ultimo del COVID-19.
«Los investigadores realizaron simulaciones con Summit de más de 8,000 compuestos para detectar aquellos que tienen más probabilidades de unirse a la ‘espiga’ principal de la proteína del coronavirus, lo que hace que no pueda infectar las células huésped», se informó. En total, fueron 77 los compuestos de interés que podrían tener valor en posteriores estudios experimentales.
Para que tengas una idea cercana, si es que tu imaginación te lo permite, te mostramos algunos datos sobre Summit:
- Cálculos por segundo: 200 cuatrillones (200 seguido de 24 ceros)
- Capacidad de almacenamiento: 250 petabytes
- Procesadores Nvidia Tesla: 9,216
- 25 gigabytes por segundo entre nodos
- 27,648 procesadores gráficos Nvidia Tesla
«La idea nació de un interés en el punto de entrada del coronavirus en una célula huésped. Cuando los investigadores chinos secuenciaron el virus, descubrieron que infecta el cuerpo por uno de los mismos mecanismos que el virus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo, o SARS, que se propagó a 26 países durante la epidemia de SARS en 2003. La similitud entre las dos estructuras de virus facilitó el estudio del nuevo virus», agregó el Laboratorio Nacional Oak Ridge.
Esto es solo la primera parte de la investigación, lo que sigue es refinar los compuestos y seguir los protocolos de investigación en animales y, posteriormente, en humanos para detectar posibles riesgos de daños causados por efectos secundarios.
“Se necesitaba Summit para obtener rápidamente los resultados de simulación que necesitábamos. Nos tomó uno o dos días, mientras que habría llevado meses en una computadora normal”, comentó Jeremy Smith.
«Nuestros resultados no significan que hayamos encontrado una cura o tratamiento para el coronavirus de Wuhan. Sin embargo, tenemos muchas esperanzas de que nuestros hallazgos computacionales informarán los estudios futuros y proporcionarán un marco que los experimentadores usarán para investigar más a fondo estos compuestos. Solo entonces sabremos si alguno de ellos exhibe las características necesarias para mitigar este virus», complementó.