No son precisamente los animales más populares entre la población mundial, sobre todo, después que se les culpara de ser parte del origen del COVID-19.
Sin embargo, los murciélagos pueden darnos una enseñanza con respecto a la prevención de los contagios.
Una investigación realizada por la Universidad Estatal de Ohio demostró que cuando los murciélagos se sienten enfermos, se distancian socialmente de sus compañeros de grupo.
Los investigadores recogieron algunos murciélagos desde su refugio y les suministraron una sustancia que activaba su sistema inmunológico y los hacía sentir enfermos durante varias horas. Además les colocaron unas computadoras “mochilas”, hechas a medida, en la espalda. La idea era registrar datos acerca de los encuentros sociales de los murciélagos. Luego, los devolvieron a su hogar.
Otro grupo de control de murciélagos recibió un placebo.
En comparación con los de control, los enfermos interactuaron con menos murciélagos, pasaron menos tiempo cerca de otros individuos y, en general, casi no se relacionaron.
Los murciélagos sanos también tenían menos probabilidades de asociarse con un murciélago enfermo, según los datos.
“Cuando nos sentimos bien, el distanciamiento social no se siente como algo normal. Pero cuando estamos enfermos, es común retraernos un poco y permanecer en la cama más tiempo porque estamos agotados. Y eso hace que tengamos menos encuentros sociales. Eso es lo mismo que observamos en este estudio: en la naturaleza, los murciélagos, que son animales muy sociables, mantienen la distancia cuando están enfermos o viven con compañeros de grupo enfermos. Y se puede esperar que reduzcan la propagación de las enfermedades como resultado”, señaló Simon Ripperger, coautor principal del estudio e investigador postdoctoral de la Universidad Estatal de Ohio.
El estudio fue publicado hoy, 27 de octubre de 2020, en la revista Behavioral Ecology.