Una hormona liberada por el intestino en las horas posteriores a la comida interrumpe eficazmente los procesos de producción de grasa del cuerpo, también conocido como lipogénesis.
Así lo descubrió un equipo de la Universidad de Illinois que realizó un estudio que fue publicado en la prestigiosa revista Nature Communications.
La investigación también encontró que este mecanismo regulador hormonal es defectuoso en ratones obesos y en pacientes humanos con enfermedad del hígado graso no alcohólico, informó New Atlas.
Después de comer, nuestro cuerpo se pone a trabajar en el proceso de metabolismo. Uno de los procesos clave es la lipogénesis, que es cuando nuestro hígado comienza a convertir los alimentos en grasas para almacenarlos en todo el cuerpo.
La lipogénesis es estimulada por la insulina, una hormona liberada por el páncreas en un proceso que ha sido particularmente bien estudiado.
Sin embargo, se desconocía —hasta ahora— qué sucedía horas después de comer cuando el hígado comienza a disminuir la producción de grasa.
Anteriormente se había planteado la hipótesis de que la lipogénesis se ralentiza a medida que los estímulos de insulina disminuyen, en las horas posteriores a la ingestión de una comida.
Esta nueva investigación de la Universidad de Illinois sugiere que la lipogénesis no se suprime pasivamente cuando disminuyen los niveles de insulina, sino que es reprimida activamente por una hormona liberada desde el intestino.
La hormona llamada FGF19 se produce horas después de comer y suprime directamente la actividad génica en el hígado asociada con la lipogénesis.
“Esta hormona intestinal en realidad actúa como un rompedor de la acción de la insulina y específicamente inhibe la lipogénesis en el hígado para que esté estrictamente regulada”, explicó el profesor Jongsook Kim Kemper.
Estudios anteriores han demostrado que los niveles de FGF19 alcanzan su punto máximo en la sangre alrededor de tres horas después de comer, en un punto en el que los niveles de insulina han vuelto a los valores iniciales.
Los investigadores sugieren que el mecanismo juega un papel en la transición del cuerpo de un estado alimentado a un estado de ayuno.