El calentamiento global y las enfermedades infecciosas asoman como las principales amenazas que debe enfrentar la humanidad en estos tiempos.
Probablemente, nos hemos dado cuento de aquello de la peor forma, cuando el incremento en la temperatura global del planeta ha alcanzado máximos históricos, y la pandemia del COVID-19 ya ha dejado cientos de miles de víctimas fatales.
Pero las enfermedades infecciosas no parecen ser algo propio de estos tiempos. Todo indica que la humanidad lleva miles de años luchando contra ellas.
Así por lo menos lo ha demostrado una importante investigación bioarqueológica llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, que ha entregado evidencia de cómo las enfermedades infecciosas pueden haberse propagado hace 4,000 años.
La investigación fue publicada en Biorchaeology International y estuvo liderada por la doctora Melandri Vlok, quien en 2018 se trasladó al yacimiento minero de Man Bac, en Vietnam, con el fin de recolectar información y muestras del sitio.
En aquel lugar, la doctora halló rastros de pian, enfermedad propagada por la bacteria Treponema pallidum, la que ha sido erradicada en gran parte del mundo, pero aún prevalece en el Pacífico occidental y afecta a unas 30,000 personas.
La enfermedad de pian causa lesiones cutáneas altamente infecciosas, se transmite de persona a persona y puede dejar a los afectados con una severa desfiguración en los huesos.
Para Vlok, la enfermedad pudo haber sido introducida en la zona por agricultores que se trasladaron al sur de la China moderna. Al llegar, la infección pasó a los cazadores y recolectores de lo que hoy es Vietnam, que descienden de las primeras poblaciones de Asia y también de África.
El sitio analizado data de unos 4,000 años de antigüedad.
Más antecedentes
La conclusión más importante es que la enfermedad había existido durante mucho tiempo en la región, lo que evidencia que era muy difícil de erradicar.
“Esto es importante porque saber más sobre esta enfermedad y su evolución cambia la forma en que entendemos la relación que la gente tiene con ella. Nos ayuda a entender por qué es tan difícil de erradicar. Si ha estado con nosotros durante miles de años, probablemente ya se ha desarrollado para encajar muy bien con los humanos”, señala Vlok.
Para la investigadora, los resultados hallados nos permiten entender qué pasa cuando una enfermedad infecciosa no puede ser erradicada, problema que cobra sentido en el presente contexto sanitario en el que nos encontramos.
«Esto nos muestra lo que pasa cuando no actuamos con estas enfermedades. Es una lección de lo que las enfermedades infecciosas pueden hacerle a una población si permite que se propaguen ampliamente. Esto resalta la necesidad de intervención , porque a veces estas enfermedades son tan buenas para adaptarse a nosotros y para contagiarse entre nosotros», concluyó la profesional.