Una de las actividades humanas que más dificultades tendría para mantener el distanciamiento social es un coro musical. Con cantantes arriba y abajo, en filas muy cercanas y con propagación de saliva por la salida de las notas en las cuerdas vocales, el contagio en caso de existir un infectado es inminente.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos realizó la prueba de esta situación en un reciente estudio. Todo sucedió en el condado de Skagit, Washington, en marzo de 2020.
La muestra se desarrolló luego de una práctica de coro de 2.5 horas a la que asistieron 61 personas, incluido un paciente con índice sintomático, ocurrieron 32 casos secundarios confirmados y 20 probables de COVID-19 (tasa de ataque = 53.3% a 86.7%); tres pacientes fueron hospitalizados y dos murieron. La transmisión probablemente fue facilitada por la proximidad (dentro de 6 pies) durante la práctica y aumentada por el acto de cantar.
La práctica de canto de 5 horas proporcionó varias oportunidades para la transmisión de gotitas y fómites, incluidos los miembros sentados uno cerca del otro, compartiendo bocadillos y apilando sillas al final de la práctica. El acto de cantar, en sí mismo, podría haber contribuido a la transmisión a través de la emisión de aerosoles, que se ve afectada por el volumen de la vocalización.
Entre las personas del coro con infecciones confirmadas, los signos y síntomas más comunes informados al inicio de la enfermedad y en cualquier momento durante el curso de la enfermedad fueron tos (54.5% y 90.9%, respectivamente), fiebre (45.5%, 75.8%), mialgia (27.3% , 75.0%) y dolor de cabeza (21.2%, 60.6%). Más tarde, varios pacientes desarrollaron síntomas gastrointestinales, como diarrea (18.8%), náuseas (9.4%) y calambres o dolor abdominal (6.3%). Una persona solo experimentó pérdida del olfato y el gusto. Las complicaciones más graves notificadas fueron neumonía viral (18,2%) e insuficiencia respiratoria hipoxémica grave (9,1%).
Por eso, la CDC ha recomendado lo siguiente a propósito de este evento comunitario:
«El potencial de los eventos donde hay muchas personas que puedan infectar a otras, subraya la importancia del distanciamiento físico, incluido el evitar reunirse en grandes grupos, para controlar la propagación de COVID-19. Mejorar la conciencia comunitaria puede alentar a las personas sintomáticas y a los contactos de personas enfermas a aislarse o ponerse en cuarentena para evitar la transmisión continua», sostiene la CDC.