Con más de 300,000 muertos producto del COVID-19 y una cuestionada estrategia gubernamental para enfrentar la pandemia, una pequeña luz de esperanza comienza a surgir en Brasil: Butanvac, la primera vacuna 100 por ciento brasileña.
El Instituto Butantan de Sao Paulo, que depende del Gobierno Estatal de Sao Paulo, confirmó que los ensayos clínicos de fase 1 y 2 podrían comenzar en abril de 2021 con 1,800 voluntarios.
La fase 3, para verificar la eficacia del antídoto, contará con la participación de 9,000 voluntarios, precisó el presidente del organismo Dimas Covas.
El objetivo de las autoridades de Sao Paulo es contar 40 millones de dosis antes de que termine 2021.
Si el cronograma marcha según lo previsto, la producción de la vacuna comenzará en mayo de 2021 y su aplicación en la población arrancaría en julio, aseguró el gobernador de Sao Paulo Joao Doria.
El anuncio representa un bálsamo para un afligido Brasil, donde el COVID-19 ha cobrado la vida de más de 300,000 personas y acumula más de 12 millones de contagios, según la Universidad Johns Hopkins (JHU).
Tras negar el peligro del virus SARS-CoV-2, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro anunció el 24 de marzo la creación de un comité para enfrentar la crisis sanitaria, un año después del inicio de la pandemia.
Una sola dosis
Covas explicó que Butanvac es parte de “la segunda generación” de vacunas contra el COVID-19, que recoge los cambios y aprendizajes de los primeros meses de 2021.
Las autoridades brasileñas esperan que el antídoto brinde una respuesta inmunológica más potente, por lo que solo podría ser necesaria la aplicación de una dosis. De cualquier manera, esto se confirmará en el estudio clínico.
El Instituto Butantan es responsable de la producción de la vacuna Coronavac, del laboratorio chino Sinovac. Según las autoridades federales, la producción de Butanvac no afectará la fabricación este antídoto.
La Butanvac también será probada en Vietnam y en Tailandia.