Un alto consumo de alimentos ultraprocesados estaría vinculado a una mayor velocidad del envejecimiento de las personas al acortar las tapas protectoras de los cromosomas, conocidas como telómeros.
Esta es la conclusión de un estudio de la Universidad de Navarra, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition y presentado en la Conferencia Europea e Internacional sobre Obesidad (Ecoico 2020).
Los telómeros son una métrica vital del envejecimiento celular. Con el paso de los años, se acortan naturalmente debido al estrés oxidativo y la inflamación, lo que hace a las personas más propensas a enfermarse y, en última instancia, a morir.
«El envejecimiento propio de la edad acorta los telómeros, fragmentos finales de los cromosomas, que son marcadores de edad celular. Pero, además, diferentes causas aceleran este acortamiento. Entre ellas, una alimentación inadecuada”, explica Amelia Martí, miembro del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobin).
El hallazgo más importante del estudio fue que un alto consumo de alimentos ultraprocesados deteriora los telómeros y acelera su acortamiento. Según el estudio, las personas que comían más de tres porciones diarias tenían el doble de probabilidades de tener telómeros cortos que quienes optaban por alimentos ricos en nutrientes.
Alimentos ultraprocesados
Los alimentos ultraprocesados, según explica la farmacéutica Lucía Alonso Pedrero, son productos que carecen de nutrientes. Por el contrario, tienen largas listas de aditivos, habitualmente con 5 o más ingredientes, como aromatizantes, colorantes, emulsionantes, conservantes y otros.
Además, suelen ser baratos de fabricar, convenientes para los consumidores y pueden durar años en los estantes. Las bebidas carbonatadas y refrescos, las carnes procesadas (salchichas, hamburguesas), la panadería industrial, los batidos y postres lácteos, cereales azucarados o las pizzas de fabricación industrial, son algunos de ellos.
Los resultados confirmaron a nivel molecular estudios previos realizados en España, Francia y Estados Unidos, que encontraron una mayor mortalidad prematura asociada a un alto consumo de alimentos ultraprocesados.
«El objetivo del estudio de los telómeros en relación con el envejecimiento no pretende la búsqueda de la inmortalidad, sino prolongar una vida saludable”, explica Martí.
Maira Bes-Rastrollo explicó a The Inverse que este efecto preocupante se debe a una mayor ingesta total de sal, grasas saturadas y azúcar, así como a una ingesta inadecuada de fibra y micronutrientes.
El estudio fue realizado en un grupo de 886 personas mayores de 55 años, quienes fueron monitoreadas durante una década.
Prevención
Aunque un plato de galletas o un sándwich de salchicha no parece acortar los telómeros de forma aguda, el consumo habitual de estos alimentos parece causar otros problemas de salud que eventualmente los acortan, como hipertensión, obesidad, síndrome metabólico, depresión, diabetes tipo 2 y varios tipos de cáncer.
Los alimentos ultraprocesados constituyen aproximadamente el 60 por ciento de la dieta del estadounidense promedio. Aunque limitar la ingesta puede representar un desafío, la longevidad de las personas podría depender de ello.
Según estos hallazgos, las personas deberían reducir la cantidad de alimentos ultraprocesados por debajo de tres porciones por día. Para frenar el envejecimiento celular, aconsejan adoptar una dieta mediterránea, que se complete con una alta ingesta de frutas, verduras, pescado y aceite de oliva.