“Puede que en el papel la fórmula suene repetitiva, pero vaya que hay magia en Monster Hunter Rise”
- Objetivos simples
- Mucha rejugabilidad
- Su profundidad puede abrumar
La fórmula de Monster Hunter es tan simple como repetitiva: acepta un encargo, prepárate para hacerlo, disfruta del trabajo, cobra la recompensa y adquiere equipo para poder realizar otras tareas más complicadas. Claro, lo interesante es que en el proceso de completar los encargos, que en la jerga del juego se llaman quests, hay una cierta pero mínima variedad, y es que diría que se dividen en recolecta algo o asesina a una o varias criaturas.
Puede que en el papel la fórmula suene repetitiva, pero vaya que hay magia en Monster Hunter, una serie que ha vendido millones de copias y que ahora adapta para PC Monster Hunter Rise, su último hit para Nintendo Switch.
Sencillo pero complejo
Creo que quienes solemos jugar videojuegos constantemente tendemos a ser demasiado técnicos en nuestras descripciones. Bajo ese estilo habría que decir que Monster Hunter Rise es un título de acción con elementos de RPG. Lo cierto es que una manera más sencilla de resumirlo es que se trata de un “juego de misiones”. El objetivo es completar quests que van desde recolectar objetos hasta asesinar o capturar monstruos (por eso se llama Monster Hunter). Tras completar las misiones y destripar a los monstruos recibes recompensas con las que puedes obtener mejores armas o equipo para tu personaje (como armadura), lo que a su vez te permite acceder a misiones más difíciles.
Y ya, eso es prácticamente todo. Sin embargo, en esa sencilla fórmula hay una complejidad que podría abrumar a los jugadores que buscan divertirse sin tener que leer más de 140 caracteres. Hay que decirlo, Monster Hunter está plagado de opciones para jugar, que van desde el tipo de armas hasta la forma de explorar los escenarios; su forma de explicarte todo lo que tiene que ofrecer es a través de guías con texto a las que prácticamente les dediqué el mismo tiempo que a leer un acuerdo de términos y condiciones.
Lo cierto es que jugar Monster Hunter Rise no es como Kerbal Space Program, es decir, no es ciencia de cohetes (¡Kerbal sí es un juego de rocket science!), así que aplicando un poco de atención entenderás los elementos básicos del juego a la primera o segunda lectura. Eso sí, prepárate para leer mucho, pues entender todas las mecánicas requiere que pongas atención a los tutoriales para después aplicarlo en alguna quest.
Igual, debo decir que con mi estilo acelerado de no prestar mucha atención a los tutoriales pude avanzar sin problema hasta las quest de tres estrellas (imagínalas como las misiones de dificultad media), en las que invariablemente necesitas tener cierta comprensión sobre las mecánicas básicas del juego, incluida la forma en la que tu cazador mantiene su estamina, la durabilidad de las armas y cómo utilizar ciertos ítems facilita tu cacería. Si esa lista de conceptos te abruma, tal vez lo mejor es que pases sin mirar Monster Hunter.
Sin embargo, más allá de su diseño y mecánicas de juego, debo decir que Monster Hunter Rise (y la serie en general) tienen un estilo sumamente inspirado en la cultura japonesa, desde la época feudal hasta lo kawaii. Si ese estilo no es lo tuyo, de nuevo, pasa sin mirar.
El encanto de la repetición
Ciertamente, pese a su complejidad, Monster Hunter Rise es un juego lleno de encanto. Diría que además de la simpleza de su objetivo y la profundidad de sus mecánicas, la gracia está en que cada misión te lleva por escenarios con paisajes naturales detallados y llenos de fauna con la que puedes interactuar y no solo de una forma agresiva. Además, hay tal variedad de monstruos para cazar o asesinar que, al menos en las primeras horas de juego, sentirás que en cada misión hay algo diferente.
Sin embargo, lo verdaderamente adictivo del juego radica en que, conforme avanzas, adquieres mejor equipo para tus misiones. La mejora no es solo estética, y en el caso de las armas —hay espadas, hachas, lanzas, etc.—, cada tipo se comporta de manera distinta, dando cierta variedad al gameplay. Cada que desbloquees misiones de mayor complejidad verás enemigos más feroces y más grandes, a los que podrás eliminar mediante armas más imponentes. Es un ciclo que se repite, y lo hace con encanto.
Ahora, confieso que Rise fue mi primer Monster Hunter (mi aproximación más cercana fue Final Fantasy Explorers en la 3DS). No cambió mi vida como lo hizo jugar Bloodborne por primera vez (fue mi camino sin regreso a los Soulsborne), pero estoy seguro que si en vez de tener la versión para PC tuviera la de Nintendo Switch, lo jugaría con más constancia más allá de mi sesión para reseña.
Leí que entre las mejoras sobre World, el juego que precede a Rise, está que tienes a un compañero que puedes montar para avanzar más rápido en los escenarios (como si fuera un caballo) y que cuentas con una especie de gancho llamado wirebug que te sirve para llegar a la parte alta de los escenarios y realizar nuevos ataques. También dicen que todo es más amigable con los nuevos jugadores, como yo. Así que Capcom, te sugiero revisar tu concepto de “amigable”.
Ahora, si como a mí te pasa que encuentras ciertos problemas con la cámara al momento de enfrentar a los enemigos, ¡no te desesperes! La opción que quieres (fijar la cámara en un objetivo) existe, pero tienes que buscar en los menús complejos. Simplemente busca en Google “Monster Hunter Rise camera” y voilá! Verás que la primera sugerencia de búsqueda es lock. Capcom, Google tiene algo que decirte.