- Limpieza decente
- Manejo sencillo
- Sin cable
- Control con mando a distancia
- Los cristales no quedan impecables
- Precio
Mantener las ventanas brillantes y transparentes es más importante de lo que nos parece, ya que la suciedad y el polvo pueden limitar la cantidad de luz que entra a la casa. Pero limpiar ventanas no es una tarea fácil. Herramientas como las escobillas de goma ayudan a dejarlos relucientes con menos esfuerzo que a mano, aunque no te libran del riesgo de caerte a la calle al limpiarlas por fuera. Si quieres hacerlo tú mismo con facilidad y sin peligro, te proponemos utilizar un robot limpiacristales. Nosotros hemos probado el modelo autónomo Winbot X, de Ecovacs, y nos ha sorprendido gratamente, aunque no es apto para todos los bolsillos.
Con ventosa de seguridad y mando a distancia
La base del Winbot X tiene un diseño cuadrado para alcanzar las esquinas, e integran un sensor y unos rodillos que facilitan el desplazamiento. En la parte inferior, se encuentran el potente ventilador que le hará sujetarse al cristal, el botón de encendido y apagado, así como la almohadilla limpiadora con forma cuadrada. Esta última se adhiere y se desprende fácilmente mediante unas tiras de velcro.
En la parte superior, el robot incorpora un asa para manejarlo y en ella se encuentra el botón de inicio/pausa. Ahí también verás el indicador luminoso del estado del soporte de seguridad y el puerto para conectar el soporte de seguridad.
El soporte de seguridad es una pieza circular (con un cable extensible de 2.5 metros) que funciona como una potente ventosa. El cable sirve para atar al robot como si este fuera una correa y el robot un perro, y se estira o se retrae en función del movimiento del Winbot X. En el caso de que el robot se desprenda del cristal, este cable retráctil tiene un tope (similar al de los cinturones de seguridad de los automóviles) que impide que la máquina impacte en el suelo. En nuestras pruebas, el robot no se ha desprendido nunca de la ventana, así que no hemos podido comprobar la eficacia de este cable de seguridad.
Con un peso de 1.8 kilos y el asa, Winbot X resulta manejable y ligero cuando lo agarras para hacerlo funcionar de una ventana a otra. No te costará moverlo de un cristal a otro (y la ventosa se agarra con facilidad).
En la caja también se incluye un adaptador de red para cargarlo, un mando a distancia, cuatro almohadillas limpiadoras de repuesto, una solución limpiadora, un paño especial para ventanas, un manual de instrucciones y una guía de inicio rápido.
Funcionamiento sencillo
Para que empiece a limpiar, después de ser cargado, debes prender el cable del soporte de seguridad circular al Winbot X (es algo muy sencillo). Luego, enciendes el robot con el botón situado en la parte inferior. Antes de pegar la ventosa al cristal es necesario limpiar esa zona con un paño para que se fije bien. Después, enciendes (con un botón el parte inferior) el soporte de seguridad (funciona con pilas) y lo presionas con fuerza contra el cristal. La ventosa, al instante queda pegada, y entonces ya puedes posar el robot sobre el cristal para que este se adhiera literalmente a través de un fortísima succión del ventilador. Cuando funciona hace un ruido considerable, pero es soportable.
La solución limpiadora que viene incluida se aplica sobre la almohadilla con un pulverizador. Como indica el fabricante, hay que tener cuidado de no echar demasiado para que el robot no resbale y, sobre todo, limpiar la parte inferior del Winbot X después de echarlo para secar los restos del líquido. Durante nuestro análisis, alguna vez se nos ha olvidado secar esta zona en la que están las bandas de rodadura de goma y esto le hizo resbalar y le impidió desplazarse para limpiarla ventana.
En el modo automático, Winbot X se mueve de forma autónoma por los cristales con dos patrones de movimiento, en forma de letra N o en Z (elige cuál de ellos de forma automática, según la forma de la ventana). También existe la posibilidad de activar un modo de limpieza a fondo en el que realiza dos pasadas, una en N y otra en Z. Con el mando a distancia, se puede controlar al robot para que limpie donde quiera.
¿Qué tan limpias quedan las ventanas?
El robot limpiaventanas Winbot X se desplaza con velocidad, aunque siempre deberás estar pendiente de él para que, cuando termine de limpiar un cristal, puedas pasarlo al otro lado de la ventana. Así que no es como un robot aspirador que te olvidas de él, sino que deberás dedicar tiempo para acompañarle en la limpieza.
En el modo automático, la limpieza resulta bastante aceptable, arrastra sin problemas el polvillo que se acumula en los cristales de fuera. En nuestras pruebas, en general, ha eliminado las manchas de las huellas dactilares, aunque no siempre. En estos casos, hemos optado por controlarlo con el mando a distancia para incidir en esas manchas y se han quitado bastante pero alguna no del todo.
Pese a que elimina sin problemas la suciedad, en el cristal queda como un rastro blanquecino muy sutil pero perceptible. Para que desaparezca, nada más terminar de limpiar el robot, se pasa un paño seco especial para ventanas y se quita fácilmente. Aun así, no esperes un resultado impecable. Hemos realizado esta revisión con unos cristales sin excesiva suciedad, y las ventanas han quedado mejor de lo que estaban pero no impolutas.
Autonomía y algunas precauciones de seguridad
En nuestras pruebas, el robot ha limpiado un cristal de 65 x 1.95 cm en unos cuatro minutos. Ecovacs dice que ofrece una autonomía de hasta 50 minutos. A nosotros no nos ha dado para tanto, nos ha durado alrededor de 38 minutos en el modo automático y limpiando un cristal más a fondo con el mando a distancia. Así que si activas el modo limpieza a fondo, limpiara menos cristales pero más profundamente.
Para utilizarlo con seguridad, Ecovacs da unas pautas previas al uso:
- Adherir el soporte de seguridad (la ventosa) a una altura no inferior de 1.6 metros (5.2 pulgadas) desde el suelo.
- No utilizar el robot para limpiar ventanas con un marco de una anchura inferior a 5 mm (0.2 pulgadas).
Es importante mantener la ventosa siempre limpia. De lo contrario, el robot empezará a pitar y no funcionará, tal y como hemos comprobado. Es el único problema que hemos tenido cuando la probábamos, y fue fácil solucionarlo con un paño seco.
Conclusión
Winbot X funciona con seguridad, no se desprende del cristal gracias a una poderosa succión y siguiendo todas las instrucciones del fabricante. Se desplaza con rapidez, especialmente en las líneas rectas y, en general, no deja zonas sin limpiar. Aunque puede quedar un rastro blanquecino, si se limpia al momento con un paño seco especial para cristales, este se quita fácilmente. Así que en cierto modo, de una u otra manera, toca limpiarlo de forma manual, aunque sea mínimamente.
¿Merece la pena comprarlo? Según tu nivel de exigencia en la limpieza de cristales: si los quieres ver relucientes y perfectos, tendrás que repasarlos a mano. Si te conformas con un nivel aceptable, entonces es para ti, siempre que puedas permitirte pagar 449 euros o $449 dólares. Si eres de los que limpia los cristales dos veces al año, con el Winbot X puedes mantenerlos limpios todo el año dedicándole tiempo pero sin esfuerzo ni riesgo. Aunque tendrás que estar pendiente del robot cuando esté funcionando.
No hemos realizado pruebas con otros robots limpiacristales del mercado, pero este modelo es el único que se vende en el mercado español que funciona sin cable y tal vez por eso sea uno de los más caros.