Podemos datar el comienzo de la telefonía inteligente en 2007, y siendo más precisos, en el mes de enero de ese año, cuando Steve Jobs anunció el primer iPhone. De acuerdo, puede haber cierta controversia en torno a si el teléfono de Apple fue el ‘padre’ de los smartphones modernos o ese mérito hay que atribuírselo a BlackBerry o Nokia, pero no cabe duda de que este teléfono marcaría para siempre el devenir de la industria. Nos adentramos ahora en una nueva década, y todos los ojos se dirigen precisamente hacia este mercado que se encuentra en una encrucijada: se trata de un segmento saturado en las economías más avanzadas, pero por otro lado, el cliente sigue demandando cada vez más y más innovación. Y la industria no va a decepcionarle: esto es lo que veremos en 2020 en telefonía.
Muerte definitiva al ‘notch’
Uno de los principales retos a los que se han enfrentado los fabricantes ha consistido en aumentar al máximo posible la superficie útil de pantalla, reduciendo al tiempo (o al menos sin incrementarlo) el tamaño del dispositivo. En estas obligadas estrecheces, una de las dificultades a las que se han enfrentado los ingenieros, ha residido en eliminar todo elemento sobrante en la pantalla; el botón ‘home’ fue la primera víctima evidente, pero ¿y los sensores de la parte superior? Apple ideó una controvertida solución consistente en habilitar una pequeña pestaña -conocida popularmente como notch’-, en la que ubicar la cámara frontal y los sensores pertinentes.
Este espacio ofrece una extraña estética que Apple supo consolidad como imagen de marca y fue imitada por otros fabricantes, pero la guerra no podía terminar ahí, y marcas como Samsung, OnePlus o Xiaomi, entre otros, desafiaron los límites de la ingeniería con distintas propuestas que eliminaban el notch. Unos han optado por reducir el espacio a la mínima expresión de la óptica frontal, mientras que otros han optado por una óptica retráctil motorizada como solución definitiva. La consolidación llegará de la mano de Apple, ya que se rumorea que acabará definitivamente con el notch en su próximo iPhone.
Las pantallas plegables siguen su odisea
Avanzar más rápido que la propia evolución de la tecnología puede suponer un auténtico reto y esto es lo que parece haber sucedido con las pantallas plegables: un mercado ya hastiado de diseños convencionales, estaba ya preparado para ellas, pero la industria todavía no era capaz de desarrollarlas. Esta presión insoportable ha provocado que las grandes marcas se embarquen en una aventura por ser los primeros en disponer de teléfonos con pantalla plegable, y provoquen situaciones embarazosas como las vividas por Samsung con las primeras ediciones del Galaxy Fold.
Con todo, 2020 parece que será un año de nuevos experimentos en esta tecnología por parte de las grandes marcas, y veremos si finalmente las pantallas plegables se consolidan o se quedan en la nevera a la espera que alguien, por fin, sea capaz de dar con una solución útil para el usuario. El reto no es fácil, y no nos referimos únicamente al desafío de diseño, sino a la complejísima adaptación de plataforma y software que permita una sólida experiencia de usuario.
Carga súper rápida de baterías
“Si no puedes con tu enemigo, únete a él”, esta máxima vital es aplicable también al mercado de los teléfonos móviles y es que, como hemos apuntado antes, los fabricantes están inmersos en una compleja cuadratura del círculo: formatos cada vez más compactos, con pantallas cada vez más grandes ¿Cómo lograr que la batería resista ese consumo sin acrecentar el dispositivo? Sin esperar a que la tecnología permita baterías más capaz en menor tamaño, los fabricantes se han embarcado en una apasionante estrategia: reducir los tiempos de carga.
La solución es muy inteligente: aprovechar los pocos minutos que tardamos en tomar un café para darle un buen empujón a la batería, y ello es debido a las nuevas tecnologías de carga que veremos asentarse en 2020. Tecnologías propietarias como la Warp Charge de OnePlus ya permiten tiempos de carga ridículamente cortos y esto parece que no ha hecho más que empezar, añadiendo también el ingrediente de la carga inalámbrica, que seguirá aumentando en velocidad.
5G: ¿ya por fin?
El otro gran paradigma al que se está enfrentando el segmento de los teléfonos móviles lo encontramos en su red: los usuarios cada vez demandan conexiones más rápidas y, sobre todo, capaces, y la respuesta de los operadores ha sido la conexión 5G. El despliegue, de esta red, con todo, está resultando más lento y complejo de lo que inicialmente se esperaba, ya que obliga a una nueva distribución de antenas y repetidores, y por otro lado, a la compra de nuevos teléfonos que soporten dicha tecnología por parte de los usuarios.
¿Será 2020 el año de la consolidación del 5G? La respuesta no es un sí o un no: el despliegue del 5G está muy vinculado a la concentración de usuarios (por cuestiones evidentes de costos) y ésta a las grandes urbes. El 5G será, inicialmente, un lujo disponible en las zonas centrales de las principales ciudades, pero antes de que comiences a lamentarte si no vives en una zona de cobertura, estamos convencidos de que su despliegue arrastrará al 4G o LTE logrando que tengamos una mejor cobertura y velocidad.