En realidad, hace una década la pregunta era qué podían hacer los celulares; hoy habría que decir que la verdadera pregunta es qué no pueden llevar a cabo con sus avanzadas especificaciones, tanto de software como de hardware. En este sentido, queremos contarte 10 cosas que los celulares de hace 10 años no podían hacer y que, en el presente, parecen ya algo normal, desde tener asistencia inteligente hasta ofrecer información en tiempo real.
Conexión 4G
Si bien el despliegue de la red 4G comenzó a principios de los 2010, tuvieron que pasar algunos años más para que se convirtiera en un estándar de los celulares. Los iPhone 3GS (2009) y iPhone 4 (2010), por ejemplo, únicamente eran compatibles con 3G; fue hasta que llegó el iPhone 5, en 2012, cuando Apple le abrió la puerta a la conexión LTE, una evolución de 3G.
Se podría decir que 2019 representa el año de despegue de la red 5G, ya que los principales operadores de Estados Unidos la han puesto a disposición de los usuarios. Lo que viene es que los fabricantes, especialmente en 2020, presenten más smartphones y otros dispositivos compatibles con la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil, lo cual no significa el fin de 4G: habrá una coexistencia de ambas hasta que el 5G se convierta en el estándar. Pero aún falta para eso.
Asistencia ‘inteligente’
Hace una década, el gran avance de los celulares tenía que ver más con hardware que con software; los usuarios se maravillaban por cámaras con mayores megapixeles, pantallas más amplias (eso sí, de menos de 4 pulgadas) con mayor resolución, e incluso teclados físicos. Algunos ejemplos: Palm Pre, Motorola Droid, Samsung Omnia II, Nokia N8 y LG Optimus T.
El 2019 cierra con la inteligencia artificial a tope en los celulares, principalmente con Google Assistant y Siri, de Apple, aunque Alexa también ha ido ganando terreno como aplicación, incluso se habla de que su siguiente gran paso será anticiparse a lo que el usuario necesite. En la década que se inicia, seguramente, se trabajará para que los asistentes digitales sean todavía más intuitivos, sin que eso signifique una invasión a la privacidad de las personas. O eso, al menos, esperamos todos.
Fotografías de alta calidad
Un decenio atrás, los celulares presumían cámaras en las que se resaltaban los megapixeles, como si solo ese factor fuera lo más importante para obtener imágenes de calidad. El Sony Ericsson Xperia X10 (2010) tenía una “sorprendente” óptica principal de 8 megapixeles, en tanto que el HTC Hero, ubicado como uno de los mejores teléfonos de 2009, venía con una cámara de 5 megapixeles.
El tema de los megapixeles sigue latente, pero, un decenio después, llama la atención que los smartphones se valen más de la inteligencia artificial y de configuraciones de múltiples lentes para entregar fotos de calidad, sin importar las condiciones del ambiente. Para demostrar este hecho, ahí están las series Huawei P30 y Mate 30, iPhone 11 y Pixel 4.
Tareas demandantes
Como señalábamos al comienzo, más que decir qué puede hacer hoy un celular, la pregunta es qué no hacen. Debido a sus procesadores con inteligencia artificial y RAM de amplia capacidad, por decir algo, el usuario trae lo que se podría considerar una avanzada computadora de bolsillo que le permite editar videos y hasta ejecutar aplicaciones de realidad aumentada, pasando por escuchar música, editar imágenes, hacer pagos, enterarse de las últimas noticias, y un largo etcétera.
Para poner una referencia del avance que han tenido los teléfonos en desempeño, el iPhone 4 (2010) integraba un chip Apple A4 y RAM de 512 MB, mientras que el primer Galaxy S, un procesador de 1 GHz y RAM de 512 MB. Se trataba de celulares con lo último en tecnología.
Comunicación en tiempo real
Videollamadas a través de distintas aplicaciones, transmisiones (en vivo) desde prácticamente cualquier parte del mundo, geolocalización en tiempo real… Al final, una de las grandes promesas de la red 4G se cumplió en el decenio que está a punto de concluir.
Hace 10 años no era así: las llamadas de voz y los SMS lo eran «el Todo» de la comunicación a través de los celulares. En 2011, por ejemplo, se mandaron más de 7 mil millones de mensajes SMS en todo el mundo, en tanto que la transferencia de voz y datos era la gran promesa de la red 3G.
Aplicaciones multiplataforma
Además de iOS y Android, hace 10 años había otros sistemas operativos que buscaban ganarse un lugar en el que empezaba a ser un mercado más competitivo. Ahí estaban los Palm Pre (2009) con Palm webOS, Nokia 700 (2011) con Symbian OS y BlackBerry Bold 9900 (2011) con BlackBerry OS, solo por mencionar algunos.
Cada una de estas plataforma tenía, más que apps, sus propias creaciones móviles, es decir, el incipiente terreno de desarrollo de aplicaciones estaba bastante dividido. Y cuando ya se veía qué sistemas operativos iban a prevalecer –iOS y Android– los creadores prefirieron apostarle a Apple para no tener que lidiar con la cada vez más amplia fragmentación del ecosistema de Google.
En el cierre del decenio, la pelea sigue estando entre estos dos sistemas operativos en los que las exclusividades de apps han quedado en segundo plano, ya que los desarrolladores hoy en día lanzan sus programas para ambos, sobre todo por la unificación de iOS y el alcance de Android.
Este 2019, Huawei, el segundo mayor fabricante de celulares en el mundo, lanzó su propio sistema operativo multiplataforma en el contexto de la guerra comercial con Estados Unidos. Todavía no está claro si sí será una apuesta seria para sus celulares.
Amplio almacenamiento
Los celulares de hace 10 años no tenían la necesidad de integrar grandes capacidades de almacenamiento, principalmente porque sus características, como se ha explicado, no demandaban que el usuario se convirtiera en un creador de contenido o que guardara contenido en streaming, como videos y música. Aun así, no era extraña la necesidad periódica de eliminar mensajes (SMS) para liberar espacio.
La realidad ha cambiado considerablemente. Hoy, la máxima capacidad que presumía el iPhone 4 (2010), 32 GB, no serviría de mucho para el usuario promedio, aquel que puede llegar a tener hasta 80 aplicaciones y cientos de imágenes. Es por ello que teléfonos de gama media, como los Moto G8 Plus y Xiaomi Mi 9, consideran 64 GB de base, mientras que los de gama alta se elevan hasta los 128 y 256 GB, en el caso de los Huawei P30 y iPhone 11, respectivamente.
Carga de energía avanzada
Al final, buena parte de los smartphones siguen dependiendo de los cables para llenarse de energía, como hace 10 años; la diferencia es que ahora usan la carga rápida (o como la llame cada uno de los fabricantes) para que el usuario pueda tener su celular listo en menos tiempo. Aquí llama la atención lo que hizo Motorola este 2019 con su One Hyper, el cual, además de destacar por su cámara retráctil, incluye carga superrápida de 45 watts, lo que se traduce en 12 horas de autonomía con solo 10 minutos de conexión a la corriente.
La carga reversible también es otro avance interesante en la industria, ya que los teléfonos que la incluyen pueden pasar energía a audífonos o a otros móviles compatibles sin la intervención de ningún cable. El Huawei Mate 20 Pro (2018), en su presentación, hizo gala de esta característica al recargar un iPhone X (2017) de manera directa.
Reproducción de contenido en streaming
“Nadie va a comprar un teléfono grande”, fue una de las polémicas declaraciones hecha por el mismísimo Steve Jobs, cofundador de Apple, luego de presentar el iPhone 4 (2010), el cual tenía una pantalla de 3.5 pulgadas. Sin embargo, un año después llegaba el Galaxy Note con un display de 5.3 pulgadas, para abrir la categoría de los phablet.
Hoy, los teléfonos de gama alta son como pequeños televisores de última generación, con pantallas por arriba de las 6 pulgadas, incluyendo el iPhone 11 (2019), tasa de refresco de hasta 90 Hz, como los Pixel 4 XL y OnePlus 7 Pro, y compatibilidad con HDR10. Es decir, están listos para otorgar la mejor experiencia en la reproducción de contenido en streaming, además de que las tecnologías de conexión actuales lo permiten.
Interconexión con el hogar inteligente
Si bien el estándar Bluetooth, en sus distintas versiones, sigue siendo el punto de enlace entre el celular y diversos gadgets, este demanda que los dispositivos estén en el mismo espacio físico. Ahora, con el auge de productos capaces de conectarse a la red, es posible el manejo de los mismos incluso cuando el usuario se encuentra a kilómetros de distancia; puedes encender las luces de casa en la noche cuando te encuentras de vacaciones, o alimentar y ver a tu mascota cuando estás en la oficina, todo a través de apps móviles.
El teléfono es “la neurona” que permite a las personas desarrollar diversas acciones dentro de sus casa, algo que ni se imaginaban hace 10 años con equipos que luchaban por ofrecer, por ejemplo, una experiencia de navegación en internet medianamente «digna».