La primera vez que escuché hablar de un servicio de correo electrónico de pago me dije a mí mismo: “Eso no tiene sentido. ¿Quién va a pagar por el email?”. Al poco tiempo me suscribí a Newton Mail, una aplicación con servicios en la nube que ofrecía funciones extra, como confirmaciones de lectura y programación de envíos. Y todo ello por una suscripción anual.
Fue amor a primera vista y todo fue de maravilla hasta que, un día, su CEO anunció que la firma, pese a contar con una base de clientes creciente, no había alcanzado el temido break even y las expectativas se esfumaron. El proyecto murió y era fácil caer en la tentación de creer que no existía espacio para un servicio de email premium… pero sí lo hay. He probado durante un mes ProtonMail, el email más seguro del mundo y esta ha sido mi experiencia.
¿Por qué Proton?
Te lo estarás preguntando: en un mundo dominado con mano de hierro por Gmail, con permiso de Outlook y iCloud, ¿por qué contratar una plataforma alternativa de correo? La respuesta corta y más evidente es la seguridad. Pero no es la única.
Google y los principales servicios de correo electrónico gratuitos monetizan sus productos con tus datos; esto no quiere decir que lean tus emails, pero sí que tengan el potencial de explotar datos estadísticos sobre tu persona. Esto puede ser en mayor o menor medida, pero a uno le queda la duda de saber si su email ha sido fiscalizado por algún bot o, peor aún, leído por algún empleado de la compañía.
Paranoias aparte, si damos un merecido valor al cifrado punto a punto en WhatsApp o Messenger, ¿por qué no exigirlo también en el correo electrónico? Este es uno de los principales argumentos de venta de Proton, un servicio de email freemium (gratis en su modelo base, pero de pago si quieres extender su capacidad y funciones). En un principio el plan consistía en probar el servicio y seguir con mi proveedor habitual, pero ha sido tan grata la experiencia, que he decidido suscribirme al servicio en su formato de pago.
Lo primero que hay que saber es que Proton tiene sus servidores en Suiza. ¿Qué relevancia tiene este dato? Este país hace gala de su neutralidad en el plano político y esto es extensible a sus servidores, que quedan fuera del alcance de los poderes fácticos de la Unión Europea o EEUU. Este dato es importante porque se garantiza que nadie, más que tú, accedas al contenido de tu inbox, ya que además, el cifrado es de extremo a extremo.
Redescubrir el email
Pero en mi caso, la seguridad, aun siendo importante, es algo secundario: Proton me ha cautivado por la sencillez de su interfaz (por cuestiones de seguridad, no hay cliente desktop, pero sí iOS y Android) y, sobre todo, por contar con funciones como la caducidad de los mensajes. Digamos que quieres enviar el número de tu cuenta corriente a un amigo, pero no quieres que ese dato se quede durante décadas en su bandeja de entrada, estando potencialmente accesible a manos de los hackers. Proton te permite “autodestruir” mensajes en el plazo que establezcas y, fundamentalmente, te da la tranquilidad de saber que solo tú puedes acceder al mail.
En lo que respecta a la seguridad, la creación de la cuenta es totalmente anónima y, de hecho, solo se solicita un email de respaldo de forma opcional, siendo la verificación en dos factores dependiente de app y no del SMS, siempre menos seguro en caso del robo de identidad. Con la cuenta creada y el plan básico, se puede hacer un uso convencional del correo electrónico, pero por $48 euros ($52.19 dólares) al año se dispone de hasta 5 GB de almacenamiento cifrado, además de la opción de añadir un dominio personal para incorporar tu propio correo electrónico. Pero tal vez lo más atractivo haya sido llegar a una bandeja de entrada impoluta y sobre la que recuperas el control.
«Dropbox» acorazado
Filtros antispam y muchas opciones de personalización… Siento la curiosidad y pregunto: ¿Es un producto pasajero? Siento la curiosidad y consulto: nada de eso, cuenta con más de 20 millones de usuarios activos, según ha confirmado a Digital Trends en Español el responsable de prensa de la compañía, Edward Shone. Proton, como negocio, funciona: “Gracias a los ingresos de los usuarios de pago la empresa es rentable desde hace tiempo”, explica el directivo, añadiendo que no han tenido que recurrir a fondos de capital riesgo ni inversores, sino que el negocio lo mantienen los usuarios.
Yendo bien las cosas como van, ¿qué está por venir? La compañía no descansa y recientemente ha lanzado su propio servicio VPN, que mantiene las máximas de privacidad. Pero tal vez la maniobra más apasionante es la que están cocinando para finales de 2020: ProtonDrive, un servicio de almacenamiento cifrado en la nube que será presentado en fase beta en unos meses. Aunque habrá más novedades en camino a buen seguro ya que la compañía hace una escucha activa de las demandas de sus usuarios.