Esta mañana me enteraba sobre el precio reducido de $299 dólares del Pixel 3a de Google. Algunos expertos señalaban que el modelo tiene mejor cámara que otros teléfonos de $699 dólares o más. Ayer veíamos a OnePlus presentar teléfonos de alta gama. Aunque tuvieron un valor no descabellado, se nos antojaban un poco fuera de tiempo, dado que vivimos una época de crisis.
Con el mundo en medio de una pandemia y con tasas de desempleo nunca vistas en este siglo, pensamos que es el momento de darle a la gente opciones como el Pixel 3a. Es decir, un producto con especificaciones decentes a un precio razonable.
Eso mismo ha hecho el gigante de Cupertino. Apple ha revelado el iPhone SE de segunda generación a un valor asequible, de $399 dólares y tiene casi todas las ventajas de un teléfono de la misma línea que vale el triple. El timing es perfecto: lo podemos bautizar como “el móvil del COVID-19” o “el iPhone para las masas”.
Cuenta con el procesador A13 y cámara de video 4K. Apple dice que el conjunto es lo mejor del mercado. Mientras comprobamos estas declaraciones, lo que realmente sobresale es el precio.
Se terminaron los pretextos para poder adquirir un teléfono de Apple. Aunque el diseño es muy parecido al iPhone 6, lleva iOS, el sistema operativo más intuitivo y fácil de usar de la industria, aunque también el menos ajustable.
Me parecen grandes aciertos lo hecho por Google y Apple, de poner a disposición unidades de gran calidad a tan buen precio. En países en vías de desarrollo, esta medida sentará muy bien. Veremos si otras empresas, como Samsung pueden hacer lo mismo.
Ojalá esta idea no se limite a celulares. ¿Por qué no un televisor, computadores portátiles o tabletas de bajo precio? Esperemos que las grandes empresas tecnológicas se pongan a trabajar en opciones accesibles.