Es un hecho que los asistentes virtuales están aquí para quedarse y que tienen que escuchar lo que decimos para que funcionen bien y obedezcan nuestros comandos de voz y al parecer, este es un concepto que para muchas personas es algo intrusivo, según lo que pudimos notar después de que Bloomberg revelara que Amazon cuenta con equipos de personas que escuchan una pequeña parte del total de comandos que das a Alexa.
Si tienes un Echo y te sorprendes e indignas con esta noticia, es mejor que te vayas olvidando de utilizar cualquier otro electrónico que cuente con un micrófono, incluyendo tu teléfono. Hoy en día, todos los teléfonos cuentan con un asistente virtual que sabemos que ya has utilizado, aunque sea en una ocasión. Y si alguna vez has instalado alguna aplicación, es posible que hayas dado acceso a tu cámara y micrófonos a equipos de desarrolladores.
Ya que el acceso a estas capacidades se hace no solamente a través del hardware, sino también del software y la internet, tus comandos tienen que llegar a algún lugar fuera de tu teléfono. Es decir, que hoy en día cualquier aparato que tenga un micrófono te va a escuchar cuando digas un comando y va a enviarlo a una base de datos de la empresa dueña del asistente virtual, ya sea Amazon, Google o Apple.
Dirás que no hay necesidad de que equipos de humanos escuchen tus comandos a Alexa. Pues bien, si algún día te has sorprendido por las capacidades de sus respuestas, todo es gracias a estos equipos de humanos que enseñan a Alexa a reconocer los comandos. La única forma que tienen las empresas de tecnología (por ahora) de mejorar las capacidades de sus asistentes inteligentes, es escuchando tus comandos e identificando en qué aspectos puede mejorar el aprendizaje de máquinas.
A pesar de que el aprendizaje de máquinas ha avanzado, la inteligencia artificial está todavía un poco en pañales y apenas está empezando a aprender, comprender, procesar, clasificar y entender la forma en que los humanos hablamos. Esto incluye los sinónimos, la variedad de acentos y entonaciones. Así que, si quieres que cada día tu Alexa entienda más cosas, es inevitable que escuchen algunas partes de nuestras conversaciones con ella.
Si compraste un Echo, un Google Home o un HomePod, lo hiciste para no tener que pararte a prender la luz cuando ya estás cómodamente acostado en tu cama. O para no tener que tomar tu teléfono y escribir una pregunta. En esencia, lo hiciste por comodidad y todos sabemos que la comodidad tiene un precio y en este caso, el precio es que alguien, en algún lugar del mundo pueda escuchar algo que le dijiste a tu Alexa, sin saber quién eres, cuántos años tienes o cómo te llamas.
Es posible que, en unos 50 años, Alexa, Siri y el Asistente de Google ya hayan “madurado” lo suficiente y sean capaces de aprender por sí mismos, sin la necesidad de retroalimentación humana alguna. Pero por ahora, tendrás que sacrificar algunos pequeños aspectos de tu privacidad.