7:30 am. Enciendo la cafetera, dejo preparado el desayuno y mi perro me espera pegado a mis piernas: es el primer paseo del día. Ya en la calle, el bullicio de la ciudad es ensordecedor, el intenso tráfico de primera hora de la mañana y la gente que camina apresurada, mirada al suelo, a sus puestos de trabajo. Poco antes de llegar a la primera esquina, me coloco mis AirPods Pro y pido a Siri música “que me guste”. De pronto, se obra el milagro y el ruido ensordecedor de fondo desaparece casi por completo. A partir de este punto, es como si caminara sobre las nubes, como un extraterrestre invisible de visita en otro planeta, y el estrés de la mañana se derrite al ritmo de Coldplay, nada más que Coldplay.
Esta escena es muy habitual para muchos y tiene un denominador común: los audífonos con cancelación de ruido activa. Si lo piensas bien, no puede haber mayor paradoja: unos audífonos que persiguen algo cada vez más preciado, el silencio. Y lo cierto es que este premio tiene sus grandes recompensas y yo ya no puedo pasar sin ellas. Aunque no te lo parezca, ese ruido de fondo tiene un profundo impacto en tu salud y no solo psicológica: hay estudios que confirman que la exposición al ruido constante es un generador de varias enfermedades, algunas de ellas graves.
La física detrás de la cancelación de ruido
¿En qué consiste exactamente la cancelación de ruido? Lo primero que hay que distinguir es que existen dos formas de cancelar, la activa y la pasiva, y la más efectiva de ellas es precisamente una combinación de las dos. La pasiva consiste en tapar el pabellón auditivo, bien con el audífono externo (en el caso de los audífonos de diadema) o bien con el interno mediante los clásicos adaptadores de goma. Pero en realidad la solución que nos interesa -y es la más efectiva- es la cancelación de ruido activa (ANC).
Esta tecnología se enfrenta al enemigo en su terreno, el de las ondas. La idea detrás de la ANC reside en compensar las ondas externas no deseadas (ruido ambiental) con otro tipo de ondas que hacen de contrapeso. En esta guerra de frecuencias gana el usuario que se encuentra con que el grueso del molesto ruido de fondo del tráfico, en un avión, oficina o tren, desaparece casi por completo y solo llega a su oído la música o lo que sea que está escuchando. Como podrás imaginar se trata de un proceso dinámico en el que unos micrófonos externos miden constantemente el sonido y la tecnología va contrarrestando ese sonido en tiempo real.
Qué consigue y qué no la ANC
Así las cosas, el resultado desde el punto de vista de quien porta unos audífonos con ANC simplemente espectaculares, pero conviene matizar esto último. Esta tecnología resulta muy eficaz haciendo frente a frecuencias bajas y constantes, y tal vez el mejor ejemplo de esto sea el ruido de fondo en un viaje en avión, o el sonido del tráfico a cierta distancia. Estos sonidos no llegan a eliminarse por completo pero sí son suavizados hasta tal punto que consiguen que la experiencia sea completamente diferente.
Sin embargo, la ANC poco o nada tiene que hacer frente a ruidos estridentes o fluctuantes, y buen ejemplo de ello lo estoy viviendo ahora mismo con unas reformas que se están haciendo en casa de un vecino, donde la cancelación de ruido se queda muy corta para hacer frente a martillazos o taladros. Por este motivo, si estás dudando si hacerte con unos audífonos con ANC, debes saber que suelen ser bastante más caros y te compensarán si en tu día a día te ves en situaciones con los primeros sonidos (oficina, cafés, viajes…).
Un aislamiento que puede ser molesto (y hasta peligroso)
La cancelación activa de ruido funciona, en algunos audífonos, muy bien, y puede generar situaciones indeseadas y hasta peligrosas. La primera de ellas es que alguien te puede estar hablando y solo verás su cara hacer gestos, lo que te obligaría, en teoría, a quitarte los audífonos para poder escuchar. Decimos lo de «en teoría», porque algunos fabricantes han dotado a sus equipos de modos específicos para anular la ANC en situaciones puntuales, como el Transparency Mode de los AirPods Pro, que te pueden sacar de un apuro en una oficina, por poner un ejemplo.
Peores consecuencias puede tener una ANC demasiado eficaz y un usuario ausente en la mitad del tráfico. No te vamos a contar en estas líneas la cantidad de atropellos con consecuencias fatales, fruto del uso inadecuado de unos audífonos que te aíslan demasiado de la realidad. ¿Merecen la pena? Sin dudarlo y me atrevo a decir que casi para cualquier situación. Yo ya no vuelvo a unos audífonos “normales”.