Puede que su nombre todavía no le suene a todo el mundo, pero su segundo apellido, seguramente, un poco más. Claudia Romo Edelman es la esposa de Richard Edelman, dueño de una de las compañías de relaciones públicas más importantes del mundo.
Sin embargo, Claudia ha ido forjándose con los años -previos a su matrimonio- su carrera laboral y profesional, hasta llegar hasta donde se encuentra a día hoy. Licenciada en Comunicaciones en México, Claudia tiene doble nacionalidad: mexicana y suiza. Y la verdad es que tiene un poco de ambas culturas y países. Es apasionada y ama lo que hace, por un lado, mientras que, por el otro lado, es puntual y es, como ella misma dice, “obsesivamente” planificadora.
Sin duda, en nuestro encuentro con ella durante el Hispanicize 2018 en Miami, Florida, evento en el que participa como asesora, hemos podido comprobar su puntualidad suiza y, también, su amabilidad y cercanía latina. Pero, sobre todo, hemos querido conocerla un poquito más. ¿Quién es Claudia Romo Edelman? ¿Qué hace por la comunidad latina y qué piensa del mundo de la tecnología?
Más podcast y menos Facebook
Pues bien, para empezar, hemos querido saber: ¿qué piensa Claudia Romo Edelman de la tecnología y de su papel en la sociedad actual? Y cabe subrayar que Claudia lo tiene muy claro: “el podcast está creciendo muchísimo frente a otras plataformas”. Es más, Claudia considera que el podcast es un canal mucho más íntimo y, por ello, es la vía que ha elegido ella para contar historias de progreso y tratar serios problemas, como el cambio climático, desde una perspectiva mucho más personal.
“La tecnología te da inteligencia y capacidad de ajuste.”
“Lanzamos GlobalGoalsCast en enero y somos el número uno en el mundo. Llevamos ya siete episodios y queremos hacer 12 al año. Además, vamos a comenzar también a contar estas historias en otros idiomas, comenzando por el español”, explica sobre su propio canal.
Asimismo, a Claudia le gusta mucho el sector del sonido y el audio y considera que es una industria que va a volar, sobre todo con el crecimiento de los vehículos autónomos. “Hay que prepararse a estas experiencias 3D Sound”, matiza.
Por otra parte, en cuanto a las redes sociales, Claudia también tiene una posición firme: “A nivel personal uso mucho Instagram. Tengo todavía Facebook, pero ya mis amigas se están yendo y yo cerraré la cuenta pronto”, ya que cree que, frente a otras redes sociales, la liderada por Mark Zuckerberg va a la baja.
‘We Are All Human’
No obstante, Claudia piensa que, de alguna manera, deberíamos también de tratar de “desconectar de la tecnología y conectar con los humanos” y reconoce que existe el reto de intentar ver cómo hacer que la tecnología nos ayude a conectar con las personas de nuevo.
“Entendí cómo crear puentes, ver cómo podemos abrirles la puerta a los que no tienen acceso”, señala.
De ahí, también, la creación de su reciente fundación We Are All Human, cuyo objetivo es hacer que la gente se olvide de tantas etiquetas y “volvamos a ver gente donde hay gente”, añade.
Así, su conexión ahora con la firma Edelman, según ella misma confiesa, le puede ayudar a acceder a más empresas a través de Richard, su esposo, a quien describe como un “Peter Pan”, como ella misma, que ve a todo el mundo por igual.
Labores humanitarias
En cuanto a la faceta más humanitaria de Claudia, cabe destacar su labor de comunicación en el World Economic Forum, cerca de ocho años, donde vivió de primera mano el movimiento fuerte que hubo a finales de los 90 y el año 2000 contra la globalización. “Allí entendí cómo crear puentes, ver cómo podemos abrirles la puerta a los que no tienen acceso”, señala.
Después, pasó a trabajar para Naciones Unidas, con la agencia ACNUR en Ginebra, con los refugiados, un tema ahora muy candente, pero que por entonces era, prácticamente, invisible en los medios. “El objetivo era poner a los refugiados en el mapa. Y empezamos una asociación con Google. Fue el piloto número uno y así pudimos situar los campos de refugiados en el mapa”, detalla Claudia.
Es más, Claudia recuerda cómo fue la encargada de crear las cuentas de ACNUR en las diferentes redes sociales, siendo una de las primeras cuentas en Twitter. “La tecnología fue entonces, sin duda, un altavoz”, añade.
Además, Claudia detalla también la importancia del tipo de asociaciones y colaboraciones que se construyen, como la que se hizo con Ben Affleck y Mick Jagger para realizar un corto sobre los desplazados en el Congo para conseguir 23 millones y poder traer agua potable y equipos de emergencia.
“La tecnología te da inteligencia y capacidad de ajuste”, enfatiza Claudia. Y un ejemplo muy claro de ello fue el uso de big-data, cuando trabajó en el Fondo Mundial con temas de salud pública, que permitió localizar dónde se concentraban las personas para poder así erradicar mejor o, al menos intentar reducir, el índice de casos de VIH o Sida.
Sin embargo, a Claudia se la conoce un poco más por su trabajo en UNICEF, que fue el que la llevó hasta los Estados Unidos, donde apenas lleva viviendo tres años. En UNICEF empezó como directora de abogacía, tratando de impulsar un cambio legislativo para mejorar la vida de los niños.
Inmigración y diversidad
Y, aunque todavía sigue vinculada a la organización, ahora está más enfocada en la inmigración porque Claudia Romo Edelman, “es 100% mexicana”, como ella orgullosamente señala.
Por ello, sabe, como muchos otros mexicanos, los problemas que todavía existen en América Latina y la necesidad de romper con muchos prejuicios y hacer que las marcas y empresas despierten y entiendan el gran potencial del mercado latino e hispano, sobre todo en los Estados Unidos.
“No hay forma de crecer en los Estados Unidos sin diversidad”, concluye Claudia, quien considera que como hispana tiene que servir como megáfono para cambiar la situación.
No es momento de callarse, sino de alzar, todavía más, la voz.