¿A quién no le cambió los planes 2020? De una u otra manera, este resultó ser un año aleccionador, tanto en términos profesionales como personales. De cara al siguiente, resulta interesante ver cómo mis propósitos tecnológicos 2021 se modificaron radicalmente a raíz de la pandemia; de hecho, algunos de ellos me dicen que es momento de volver a lo más básico de la tecnología. Veamos quién comparte el mismo sentimiento.
Escuchar más podcasts
Los podcasts se consolidaron este 2020 como una de las tendencias importantes en cuanto a contenido digital, y la oferta en español es más que rica, desde producciones noticiosas hasta de entretenimiento.
En este contexto, resulta conveniente «abrir los oídos» y escuchar más podcasts en 2021. En mi caso, tengo ya algunos favoritos, pero la mayor parte se encuentra dentro del mismo «género», por lo que ha llegado el momento de ampliar el rango de escucha, por ponerlo de alguna manera. El compromiso podría ser darle play a un podcast distinto cada semana.
Hacer más cursos en línea
Las medidas sanitarias que impuso la pandemia obligaron a que continuara un diplomado en línea, cuando estaba programado para llevarse a cabo de manera presencial. Desde casa, profesores y alumnos comprobamos que las herramientas tecnológicas están allí para sacarles el mejor provecho, para colaborar y aportar ideas en tiempo real. ¿Es una experiencia que volvería a repetir aunque se restablezca «la normalidad»? Sí, sin ninguna duda.
El otro asunto es que ya están las plataformas habilitadas para que cualquiera pueda tomar el curso que más le agrade, ya sea para fortalecer sus capacidades profesionales o para aprender una habilidad completamente diferente.
Pagar por contenido
No es un secreto: la permanencia de distintos servicios creadores de contenidos dependerá de si reciben apoyo financiero de parte de los usuarios. Y si ya se paga por tener diversas propuestas de video en streaming, ¿por qué no hacerlo por las que nos entregan información valiosa?
Atrás quedó la idea de que todo en internet debe ser gratis, sobre todo porque detrás de la pantalla están personas que necesitan generar ingresos para subsistir. Así, 2021 será una excelente oportunidad para apoyar con un pago único o suscripción a esa página o portal que lo ha estado pidiendo por un buen rato.
Organizar todo el contenido digital
Antes, era solo el correo electrónico; ahora, son los servicios en la nube e incluso las mismas redes sociales. Guardar contenido en los espacios digitales nunca había sido tan fácil. Con todo y las nuevas restricciones impuestas por Google sobre el almacenamiento gratuito, nada supera a tomar una imagen en el celular y saber que se respaldará en Google Fotos.
El gran reto es organizar todo aquello que, en determinado momento, consideramos valioso. Empezaría por acotar los espacios para guardar contenido —ahora mismo, tengo una cantidad vasta de artículos para «revisar después» en Twitter y Facebook— y, luego, crear distintas secciones en los mismos. Suena como una tarea difícil de ejecutar, pero es la vía con más sentido para que nada quede en el limbo digital.
Hacer del ejercicio en casa una norma
El ejercicio en interiores ha sido unas de las consecuencias de la pandemia, pero esta no es una mala noticia. Ahora, el usuario tiene todo a la mano para no sentir que está solo sudando «la gota gorda», desde aplicaciones que lo llevan de la mano en cada movimiento hasta videos en los que se ve a los expertos haciendo las rutinas.
Habrá quien esté esperando la reapertura de los gimnasios o los parques para retomar el estilo de vida activo que tenía antes de la emergencia sanitaria; sin embargo, esta también nos enseñó que hacer ejercicio depende más de la disciplina de cada persona, no tanto del espacio.
Apagar el televisor (o cualquier pantalla)
Un poco por el estreno de nuevas plataformas de video y otro por el hecho de estar confinados en casa, el televisor de la sala pasó más tiempo encendido de lo que esperaba este 2020.
¿Hora de desempolvar o comprar nuevos juegos de mesa? ¿Es momento de volver a los libros físicos para no activar ni el display monocromático del Kindle? Sí, esas dos ideas se me ocurren por el momento para desapegarnos de las pantallas que ganaron más tiempo del que les correspondía en el 2020 (y sí, la del celular también está incluida).
Recuperar las llamadas tradicionales
Parece que las llamadas tradicionales están reservadas ahora para casos de emergencia, cuando antes tenían como uno de sus propósitos principales el simple hecho de saludar a un ser querido.
Este 2020, varias de las que recibí se tradujeron en la mala noticia de la pérdida de algún familiar (llegué al extremo de tener un poco de temor de contestar algunas). Sin saltarse la regla del «te puedo llamar» por mensaje, pienso que las llamadas tradicionales de voz —las que tienen la simple intención de saludar a alguien— pueden recuperar el carácter significativo y festivo que tenían hace unos años. ¿O cuál era la intención original de tener un teléfono (inteligente)?