En 1988, Abdul Ahad Mohmand se convirtió en el primer cosmonauta afgano en el espacio. En ese año, el capitán de la Fuerza Aérea Afgana formó parte de la misión Soyuz TM-6 y vivió algunos días en la Estación Espacial Internacional (EEI).
Mientras estuvo en la EEI, Mohmand tomó fotografías de su país y participó en diversos experimentos médicos, biológicos y de astrofísica. Volvió a la Tierra convertido en toda una celebridad y recibió el título de Héroe de la Unión Soviética.
A propósito de la difícil situación que vive la nación afgana luego de la toma de poder por parte de los talibanes, el excosmonauta fue entrevistado en varios medios de comunicación.
Sin países ni fronteras
En todas sus intervenciones recientes, Mohmand se ha preocupado por compartir un mensaje de paz, el que hizo suyo una vez que vio nuestro planeta a miles de kilómetros de distancia.
“Desde el espacio, ves las cosas desde una perspectiva muy diferente. Miras el planeta y tu mente se inunda de nuevos sentimientos: no ves países ni fronteras, solo ves la Tierra, y toda ella es tu hogar”, señaló en una entrevista con DW.
“Toma a tu vecino de la mano, deja las armas. Resolvamos nuestros problemas mediante el diálogo”, agregó.
En su viaje espacial, el excosmonauta llevó la bandera de su país y dos ejemplares del Corán. Con su travesía, Mohmand se convirtió en el segundo musulmán en el espacio.
Mientras estuvo en la EEI, también sirvió té afgano a los otros tripulantes y mantuvo una conversación telefónica con Mohammad Najibullah, presidente de Afganistán en aquella época.