Es probable que la carrera de Alan Shepard haya estado destinada a quedar en la historia. En 1961, el astronauta se convirtió en el primer estadounidense en ser enviado al espacio, luego del soviético Yuri Gagarin.
Sin embargo, hay otro acontecimiento que sirvió para grabar su nombre en los registros de la exploración espacial. Uno tan singular, que es muy poco probable que vuelva a ocurrir.
El 6 de febrero de 1971, un día como hoy hace 50 años, Alan Shepard se convirtió en el primer ser humano en jugar golf sobre la superficie de la Luna.
¿Cómo ocurrió?
Luego de dar una extensa caminata lunar, y antes de regresar al módulo del Apolo 14, el astronauta se detuvo un instante y sacó de un calcetín un hierro y dos pelotas de golf; se trataba de un palo especial, más grueso y plegable para que fuera funcional en el espacio.
Shepard armó el palo, que había sido incorporado de manera clandestina en la misión, acomodó una pelota y efectuó el primer golpe que la envió lejos en dirección a un cráter. Tuvo más suerte con el segundo intento, que lanzó la bola a una distancia mayor.
Todo quedó grabado en las imágenes registradas por la tripulación, con las que luego se determinó que la primera bola recorrió 22 metros y la segunda, 36.
Más allá de la distancia recorrida (varios físicos han explicado las dificultades de dar esos golpes en la Luna), Alan Shepard hizo historia gracias a ese singular hecho.
¿Qué lo motivó?
No hay una explicación de por qué llevó a cabo esa “travesura”. Quizá solo buscaba la manera de que su paso por el satélite natural de la Tierra quedara marcado para siempre.
“Siendo golfista, estaba intrigado. Pensé: ‘Qué lugar más bonito para golpear una pelota de golf‘”, señaló el exastronauta en una entrevista concedida a la NASA en 1998, apenas cinco meses antes de que falleciera a causa de una leucemia.
Otros aseguran que Shepard se habría inspirado en una visita que hizo el comediante Bob Hope a la sede de la NASA en Houston en 1970, que utilizó un palo de golf para mantener el equilibrio cuando el propio Shepard lo llevó a una demostración gravitacional lunar.