Cada año, un pequeño asteroide conocido como Kamo’oalewa, también identificado como (469219) 2016 HO3, se acerca a la Tierra. Su proximidad es tal que incluso puede ser observado por algunos telescopios.
A través de uno de estos aparatos, el Gran Telescopio Binocular de Arizona, un grupo de astrónomos observó que este objeto, que tiene entre 46 y 58 metros de diámetro, no reflejaba la luz del sol como lo hace el resto de los asteroides que se conocen.
En una investigación publicada en Nature Communications Earth & Environment, los astrónomos señalan que el asteroide en realidad podría tratarse de un fragmento de la Luna.
Según los investigadores, el patrón de luz que reflejaba Kamo’oalewa coincide con las rocas lunares de las misiones Apolo de la NASA, lo que sugiere que el objeto se pudo haber desprendido del satélite natural de la Tierra.
El equipo a cargo todavía desconoce cómo pudo haber ocurrido este fenómeno, sobre todo debido a que aún no se identifican otros asteroides de origen lunar.
“Busqué en todos los espectros de asteroides cercanos a la Tierra a los que teníamos acceso, y nada coincidía”, señaló Ben Sharkey, autor principal del estudio.
La órbita del Kamo’oalewa es otra de sus particularidades, ya que posee una similar a la de la Tierra y no se parece tanto a la típica de los asteroides.
El objeto se acerca a la Tierra todos los años en abril, lo que fue aprovechado por los astrónomos para investigarlo desde 2016.
“Esta primavera, obtuvimos las observaciones de seguimiento que tanto necesitábamos y dijimos: ‘Vaya, es real’. Es más fácil de explicar con la Luna que con otras ideas”, agregó Sharkey.