Utilizando telescopios del Observatorio Europeo Austral (ESO), emplazado en el Desierto de Atacama en Chile, astrónomos detectaron una extraña explosión de luz. Se trataba de una estrella que había sido destrozada por un enorme agujero negro.
El fenómeno, conocido como evento de disrupción de marea, es el más cercano de este tipo registrado hasta la fecha. Se produjo a una distancia de poco más de 215 millones de años luz de la Tierra, y ha sido estudiado con un detalle sin precedentes, informó ESO en su página web.
“La idea de un agujero negro ‘succionando’ a una estrella cercana suena como a ciencia ficción. Pero es exactamente lo que sucede en un evento de disrupción de marea”, declaró Matt Nicholl, profesor e investigador de la Real Sociedad Astronómica en la Universidad de Birmingham, Reino Unido, y autor principal de este nuevo estudio publicado hoy en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
En estos eventos de disrupción de marea las estrellas experimentan lo que se conoce como “espaguetización” al ser absorbidas por un agujero negro. Son hechos poco comunes y no siempre son fáciles de estudiar.
Para conocer en detalle lo que sucede cuando una estrella es devorada por un monstruo de este tipo, el equipo de investigación apuntó el VLT (Very Large Telescope ) y el NTT (New Technology Telescope) de ESO hacia un nuevo destello de luz que tuvo lugar el año pasado cerca de un enorme agujero negro.
Los astrónomos sabían lo que debía pasar, en teoría.
“Cuando una desafortunada estrella vaga demasiado cerca de un enorme agujero negro, el tirón gravitacional del agujero negro desgarra a la estrella, arrancándole finas corrientes de material”, explica Thomas Wevers, investigador postdoctoral de ESO.
Cuando las finas hebras de materia estelar caen en el agujero negro durante el proceso de espaguetificación, se libera una brillante llamarada de energía que los astrónomos pueden detectar.
“Descubrimos que, cuando un agujero negro devora una estrella, puede lanzar una poderosa explosión de materia que obstruye nuestra vista”, explica Samantha Oates, de la Universidad de Birmingham. Esto sucede porque la energía liberada impulsa los escombros de la estrella hacia afuera.
El descubrimiento fue posible porque el evento de disrupción de marea, denominado AT2019qiz, se detectó poco tiempo después de que la estrella fuera destrozada.